Quintana Roo

Visitantes y locales carecen de opciones al momento de elegir un servicio de transporte privado

En las bulliciosas calles de Cancún, abrumadas por el calor que supera los 25 grados centígrados en este lluvioso otoño, donde el turismo y la movilidad se entrelazan diariamente, los usuarios de plataformas de taxi privado, como Uber y Didi, han visto cómo la libertad de elegir un servicio de transporte confiable y accesible se ha convertido en un reto.

A medida que estas aplicaciones ganan popularidad en más ciudades de México y el mundo, proporcionando una alternativa moderna y eficiente a los tradicionales taxis, en Cancún han provocado una creciente tensión con el poderoso Sindicato “Andrés Quintana Roo”, conocido por ejercer una fuerte in fluencia, no sólo en el sector, sino también en la política. Es un brazo largo de los intereses que se conjugan con el transporte.

El Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo (Imoveqroo), encargado de regular el transporte en el estado, ha jugado un papel clave en este conflicto, su pervisando y en algunos casos imponiendo restricciones que limitan el funcionamiento de las plataformas de movilidad digital.

Para los usuarios, esto ha significado incertidumbre y miedo al utilizar Uber o Didi en la ciudad turística más importante de México, ya que a menudo se encuentran con operativos o bloqueos, lo que interfiere directamente con su derecho a elegir el tipo de transporte que mejor se adapte a sus necesidades.

La competencia entre los “martillos” (choferes de taxis) y los con ductores de Uber y Didi no sólo es económica, sino que también está marcada por la presencia de conflictos en las calles, donde los usuarios se ven involucrados sin previo aviso… o si les avisan, provocan mayor tensión entre la población que busca llegar a su trabajo, a ir a recoger a los niños a la escuela e incluso solamente aminorar los efectos del clima yendo más cómodos y con aire acondicionado.

Estos episodios han generado frustración entre aquellos que bus can un transporte rápido y seguro, aún más cuando van de paso por esta ciudad.

La constante es que los usuarios del servicio de taxi están atrapados en una disputa que parece no tener solución.

El abordar las unidades se ha convertido en todo un reto en el destino turístico / POR ESTO!

Yo, pasajero

La duda fue sembrada desde la semana pasada a través de un video en la plataforma de Tiktok, en don de se observa a una persona local advirtiendo de la dificultad para abordar un camión del transporte público. El usuario @luisfernan domoren649 exhibió una fi la (muy larga) para tomar el autobús en un paradero de la ciudad

¿Cómo me puedo mover en Cancún?, el camión de Autocar o Turicún no es opción, según la advertencia de un ciudadano “equis” que muestra, mejor que cualquier autoridad, la situación de movilidad en esta ciudad, valorada por su oferta turística.

Uber o Didi podría ser la opción, las dos están en el teléfono desde donde se puede planear el traslado e incluso comparar precios, ya que no pasaba inadvertida la otra “bandera roja” sobre visitar Cancún: Los taxis son muy caros.

Sin embargo, no es sencillo enfrentar el dilema, pues entre las dos plataformas digitales existe una diferencia de precios. Ni averiguar con un taxi normal, pues estos someten a un interrogatorio previo: ¿A dónde vas? ¿Cuánto te cobran hasta allá?, incluso te pue den decir que tu destino no les que da de paso o simplemente arrancan para seguir su camino.

Entonces, superada la disyuntiva, uno procede a “elegir” en la reducida oferta de vehículos que encarece el servicio de las apps (aplicaciones). Se somete al juicio del conductor, si decide arriesgarse a recogerlo donde se solicitó el servicio.

Para eso, habrá que elegir un punto de inicio del viaje donde no haya un sitio de taxis del Sindicato “Andrés Quintana Roo” cerca. Si no, viene la petición, condición sin la cual no pueden prestarte el ser vicio: Se puede mover a donde no estén los taxis.

Yo, usuario, comienzo a involucrarme en el reto de abordar el ser vicio que se supone “elegí”, ubicado entre los bandos; con la libertad de movilidad restringida.

Una de las ventajas es que hay una respuesta ante las quejas o demandas, lo contrario al Sindicato / POR ESTO!

El origen del temor de los con ductores de la aplicación está en la pesquisa que ha emprendido el Imoveqroo a cargo de Luis Rodrigo Alcázar Urrutia.

“Por ejemplo, utilizan la aplicación y utilizan a personas como gancho para que vayas por ellas… y nos identifican porque va una persona atrás”, eso explica un conductor de aplicación, sobre la persecución velada en las calles de la ciudad y Zona Hotelera para impedir que se brinde este servicio; además, de obligarlos a cumplir con las nuevas medidas establecidas desde el Gobierno del Estado.

“Lo que pasa es que ahorita entró un diputado y es algo de los taxistas… de hecho esto no pasa en ningún otro lugar”. Habla de Rubén Carrillo Buenfil, el líder de los “martillos” que se convirtió en juez y parte en este conflicto por la libre competencia.

Los conductores con quienes se platicó de la situación, cuyos testimonios fueron recabados en charlas informales -de prestador de servicio a usuario-, revelaron a Por Esto! el acontecer que viven y padecen los cancunenses.

“La semana pasada hubo un zafarrancho… buscan cualquier pretexto para andar echando bronca. Así no se puede, no se puede andar así. No se puede trabajar”; señala otro conductor, éste de la plataforma Didi.

Entre los prestadores de este servicio por aplicación se comparten experiencias, alertas e incluso se organizan para mantenerse al tanto de los avances que hay para acabar con el conflicto, en las charlas con el Imoveqroo.

El permiso anual con el que podrían operar los Uber o Didi es de 4 mil 700 pesos y se tendría que renovar cada año. La tarifa no es costeable, comentan al menos tres conductores que fueron cuestiona dos sobre la problemática.

A diferencia de otras ciudades, en las que un chofer puede dar el servicio en una, dos o tres aplicaciones, en la ciudad de Cancún, Quintana Roo, deberán pagar los casi cinco mil pesos por cada una; “imposible”, aseguran.

Luego de los diversos enfrentamientos, en diciembre se pactó su incorporación a la empresa tecnológica / POR ESTO!

¿Más de lo mismo?

Los agremiados del Sindicato de Taxistas “Andrés Quintana Roo” son contra, pero también ya son parte.

En diciembre de 2023, luego de varios conflictos, generados principalmente por los taxistas locales, se anunció la firma de un acuerdo entre la plataforma y el gremio, lo que permitió que más de 12 operadores pudieran sumarse al servicio digital; hecho que repercutió directamente en la experiencia de los usuarios.

Ahora, vehículos rotulados, miembros del gremio de “martillos” que se distinguen por los colores verde y blanco, acuden al llamado que se hace a través de la plataforma. Automóviles como el de placa B107TMK perteneciente al sindicato también forma parte de Uber.

Dicho vehículo ejemplificó la afectación de la incorporación de los taxistas a las plataformas digita les, esto, cuando una usuaria decidió solicitar el servicio desde un hotel hasta su sitio de trabajo.

Desde el inicio, todo anticipaba una mala experiencia, ya que el mismo conductor le solicitó que se moviera del punto de encuentro, toda vez que ahí no podía subirse ya que era un sitio de taxis; la mujer tuvo que caminar y con toda precaución abordar la unidad que también pertenece al Sindicato “Andrés Quintana Roo”.

Una vez en la unida, la usuaria solicitó, como está permitido en la aplicación, agregar otras paradas, mismas que cubriría económica mente; sin embargo, el conductor se negó a realizar esos servicios adicionales, por lo que, al solicitarle, después de una discusión, que can cele el servicio, el chofer de forma abrupta frenó en la calle y le indicó a la mujer que se bajara.

Ante la molestia, la afectada procedió a reportar el incidente en la plataforma de Uber, con el fin de sancionar al conductor, algo que el sindicato de taxistas en definitiva no ofrece.

Este es un ejemplo de que para el usuario al que le es asignado, no hay garantía de seguridad y calidad, adjetivos por los que optaba por la plataforma; es más, consideran que de continuar así no hay certeza de contar con un mejor servicio del que prestan en la calle los “taxis normales”.

Parece que no hay rumbo para llegar al final de este conflicto. Las posturas parecen inamovibles. Incluso, lo que es legal no es legitimado por quienes tienen que cumplir las reglas; les parece una imposición, en tanto los operativos no paran.

Las calles y avenidas principales de Cancún parecen una pista con obstáculos, en las que los choferes de Uber y Didi tienen que ir esquivando los famosos “retenes”. Como si fueran baches o accidentes, la ubicación de personal supervisor del Imoveqroo es reportada en grupos de Whatsapp para evitar caer en el hoyanco de la multa. Nadie quiere pagarla.

“Las inspecciones aseguran que los taxis, plataformas digitales y transporte público cumplan con los estándares de seguridad, para que todas las personas viajen de manera segura y un servicio de transporte eficiente”, justificó el Instituto en un comunicado el 1 de octubre.

De igual forma, aseguró que las “revisiones son completamente aleatorias y en ningún caso se solicitan pagos por parte de los inspectores”. La realidad puede o no ser coincidente con lo que la dependencia expone, hay muchas voces más que escuchar; la más importante, la del ciudadano de a pie, el usuario.

En tanto, la tensión no cede. Conductores y usuarios de las plataformas perviven por la ciudad con códigos de clandestinaje.

Los operativos del Imoveqroo son vistos como una persecución por los conductores. / POR ESTO!

Altos costos

Lo que antes era un beneficio era que los precios estaban controlados y eran bajos, lo que brindaba una clara ventaja sobre los taxistas, quienes aplican las tarifas que quieren y que incluso, son solapadas por su dirigente, ya que Rubén Carrillo Buenfil reconoció que los taxistas en Cancún están cobrando casi el triple de lo que establece la ley y aun así buscan un aumento en las tarifas, mediante una solicitud presentada ante el Imoveqroo.

En una comparativa realizada por Por Esto! se solicitaron varios servicios, es lo que se encontró que actualmente Uber mantiene un costo superior a Didi.

En el caso de ir desde el Colegio Boston hasta la plaza Las Américas, Didi ofrece una tarifa de 101 pesos; mientras que Uber cobra 120.

Del mismo punto de salida, hacia Puerto Juárez, Didi cobra 125 pesos; a la par, Uber, 139. También saliendo del Boston hacia el ADO, en Didi la tarifa es de 101 pesos; En Uber, 110.

La problemática, es que, si se toma un taxi, el precio dependerá completamente del conductor, al no haber una tarifa visible y que sea respetada por los choferes que operan bajo el brazo de su sindi cato y del Imoveqroo.