El gremio taxista en Cancún se encuentra sumido en un profundo desprestigio, provocado por los mismos líderes y socios, quienes incluso terminaron en las manos del crimen organizado. En ese contexto, algunos choferes de plataformas de transporte han revelado que son extorsionados por ruleteros, sobre todo si pretenden trabajar en la Zona Hotelera.
El reclamo no se extiende en todas las aplicaciones de transporte, pues mientras algunos conductores de Uber negaron tener conocimiento de los cobros, testimonios de trabajadores de plataformas como DiDi, acusan a taxistas que decidieron que si no podían evitar que trabajen en la Zona Hotelera de Cancún, sí “sacarían tajada” de ello, por lo que desde hace más de un año les comenzaron a cobrar únicamente por ingresar al área de playas.
Esta situación no se limita a los conductores del transporte de plataformas, sino también involucra a los repartidores de Uber Eats, a quienes también les cobran por ingresar y a eso se suma lo que le deben pagar al Instituto de Movilidad (4 mil 700 pesos) por la licencia.
“Yo trabajo en la plataforma (DiDi), pero no subo a los hoteles ni al aeropuerto porque ya me la sé. Antes fui Uber Eats y la primera vez que fui a la Zona Hotelera me detuvo un taxista y me preguntó qué hacía, a dónde iba y con el permiso de quién.
Me aseguró que ellos son los que deciden quiénes trabajan allá y quiénes no, y que debía pagarles una cuota que ahora no recuerdo de cuánto era. La verdad me dio miedo y mejor me regresé. Jamás volví a aceptar un pedido para allá y en el coche tampoco tomo viajes, para evitar problemas con ellos, son una mafia”, aseguró David B. Además de ese cobro, la ciudadanía señala a los taxistas de estar metidos con células criminales para trabajar con ellos o para ellos.
“A mí me consta, fui taxista durante muchos años y el 90 por ciento de los que suben a la Zona Hotelera están metidos con el narco y hay de todo, viejos y nuevos. A mí me intentaron extorsionar los de la mafia, pero tengo 69 años, tú crees que me da miedo. Mis hijos ya no dependen de mí y soy viudo, les dije que no, me ofrecieron dinero y protección a cambio de trabajar para ellos (venta de drogas), pero me negué porque ya estaba a punto de retirarme y aunque intentaron convencerme con amenazas, me mantuve firme, y gracias a Dios no me molestaron más”, dijo Juan Carlos B., quien recorrió las calles de Cancún más de dos décadas y ha visto el lento hundimiento del sindicato.
Agregó que las agresiones a los conductores de las plataformas digitales se deben a que el monopolio taxista está cada vez en mayor riesgo, y aunque reconoció que muchos de sus conocidos han migrado a Uber o DiDi, no dudó en que pronto exista una desbandada porque muchos trabajadores del volante ya no están a gusto e incluso temen, porque deben reportarse con las células criminales cada semana y en algunos casos todos los días, por el llamado “cobro de derecho de piso”, solamente por dejarlos trabajar en la Zona Hotelera o en ciertos sitios del centro de la ciudad.
"O te alineas o te tablean para que lo hagas y si no, pues apareces en un baldío. Se tiene que pagar una cuota. Antes era de 200 pesos diarios de cajón en tu sitio, eso en el centro, en la Zona Hotelera no lo sé, pero está más canijo allá porque o trabajan para ellos o les pagas el derecho de piso y ellos deciden quiénes suben a la zona de playas y quiénes no. También lo hacen con los autobuses en Plaza la Isla y otros paraderos, donde después de cierta hora unos ya no pueden dar servicio, pero también tienen sus propios taxis, porque están dentro del sindicato, son de modelo reciente, con vidrios polarizados”, reveló otro trabajador del volante.
"Ya nos están comenzando a pedir cooperación, por nuestra ‘seguridad’, si circulamos en algunas partes de la ciudad, principalmente en la Zona Hotelera, en pocas palabras, nos quieren cobrar piso también como en algún momento se ha dicho que lo hicieron o hacen con los taxistas”, dijo un operador de la plataforma que por seguridad solicitó el anonimato.
“Pues ahora nos piden también darles 600 pesos semanales, incluso si pagas más te dan un QR para que en los operativos del Imoveqroo no te multen”, comentó otro chofer del servicio privado. El “cobro de piso” también se extendió hacia los repartidores de comida que no pueden subir a la Zona Hotelera si no pagan. Quienes lo cobran son los propios taxistas, pero a nombre de la mafia.
Los entrevistados aseguraron que los “líderes” han sido víctimas de sus propios errores y el temor de que se acabe su monopolio los está hundiendo cada vez más, porque los usuarios desconfían de ellos, el crimen organizado los amedrenta y las plataformas digitales cada vez están ganando más terreno, por lo que no se vislumbra un futuro prometedor para este gremio.
Además, los “martillos” ya están cansados de pagar cuotas dentro y fuera del sindicato, aseguraron que los líderes van y vienen y nadie ha sido capaz de mejorar las condiciones para los conductores, “pues si bien muchos tienen mala fama, otros intentan brindar un buen servicio, pero son los menos”, aseguran los usuarios.
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Víctimas serían antiguos “chafiretes”
Las principales problemáticas que aquejan a los colaboradores de la plataforma Uber para poder brindar servicio en la Entidad son agresiones por parte de taxistas de distintos sindicatos y represiones de autoridades federales en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), señaló Agueda Esperilla Soto, representante de los socios de la aplicación en este destino turístico.
Señaló que respecto a los conductores que denuncian ser víctimas de extorsión éstos serían taxistas que tienen cuentas pendientes y que “les están pidiendo algo y no tienen nada que ver con los Uber”.
También dijo que este tipo de acusaciones podría ser parte de una estrategia para “meter miedo” a los socios de la aplicación, para que desistan de dar servicio en la Zona Hotelera o simplemente dejen de laborar en la plataforma.
Dijo que podría ser realizada por los mismos taxistas que ya identifican a los conductores, para ver quien cae y reducir la competencia.
Imoveqroo también les “pone el pie”: representante
La entrevistada señaló que los conductores recientemente refirieron que el Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo (Imoveqro) se está sumando para impedirles laborar, pues los obliga a obtener una licencia para poder circular en el estado, esto a pesar de contar con un amparo que les permite brindar el servicio privado.
Como alternativa, el instituto les ofreció un permiso el cual les niegan al momento de solicitarlo, reconociendo que la empresa cuenta con un amparo, pero a pesar de las inconsistencias en sus argumentos, han retenido algunas unidades.
De acuerdo con Esperilla Soto, no ha sido posible conseguir ningún permiso para trabajar libremente a través de esta dependencia, debido a que se encuentran en un proceso legal, y a sabiendas todos los días reciben multas, además que los mismos taxistas del sindicato “Andrés Quintana Roo” notifican a los inspectores, quienes presuntamente amedrentan a los conductores con llamar a la Policía para que los detengan, sin darles otra opción más que entregar su unidad y hacerse acreedor a una multa de 16 mil pesos, seis mil pesos de arrastre y días de corralón cuya ubicación desconocen.
El acoso por parte del instituto de movilidad comenzó a raíz de que un grupo de choque autodenominado “Alianza Drivers”, presuntamente enviado por el sindicato de taxistas local. Los integrantes se hicieron pasar como conductores de DiDi, pidieron que les busquen permisos y al final los entregaron con el Instituto de Movilidad, que aplicó las multas, finalizó Esperilla Soto.