El Caribe Mexicano atravesó una temporada baja sin precedentes este año, comenzando en verano y extendiéndose hasta noviembre. Para muchos empresarios, el panorama fue peor que durante el confinamiento de 2020. Entre los factores que influyeron se encuentran la inseguridad, falta de promoción, fenómenos naturales, eventos internacionales como los Juegos Olímpicos, falta de plazas aéreas, elecciones presidenciales de México y Estados Unidos, y la caída en el precio del dólar.
La ocupación hotelera en Cancún se desplomó a un inesperado 46.6% en septiembre, una caída de 16.6 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del 2023. Los trabajadores tuvieron que hacer uso de sus ahorros y se registraron cierres de negocios y días solidarios (descansos sin sueldo). Este panorama se extendió desde agosto hasta noviembre. El resto de la temporada, la ocupación hotelera se mantuvo entre el 55% y el 60%, por lo menos 10 puntos porcentuales por debajo de los dos años anteriores. La participación del mercado estadounidense en el Caribe Mexicano descendió, preocupando al sector turístico.
La Canirac en Cancún informó que este 2024 no ha sido fácil para el sector, con una caída en las ventas y baja afluencia turística. Estiman que entre el 10% y 15% de los establecimientos cerrarán o reducirán su jornada. El Grupo Xcaret cerró el parque Xavage el 12 de noviembre debido a la caída en el flujo de visitantes.
Los náuticos agremiados aplicaron días solidarios debido al mal clima, perdiendo al menos 27 millones de dólares. El presidente de los hoteleros de la Riviera Maya, Toni Chaves, mencionó factores como los Juegos Olímpicos, tormentas, huracanes, elecciones y falta de plazas aéreas. El presidente del Grupo Cancún, Abelardo Vara Rivera, destacó la necesidad de promoción y seguridad en el destino.
En Isla Mujeres, el 10% de los locales cerraron debido a la temporada baja. El turismo masivo descendió un 13.04% durante los primeros 10 meses del año. Los clubes de playa operaron a menos del 40% de su capacidad. En Holbox, la ocupación cayó a menos del 20% en septiembre y octubre debido a lluvias y deficiencias en servicios básicos. En Puerto Morelos, más de 20 restaurantes cerraron durante la temporada baja, generando una crisis económica. Profesionistas se emplearon como chalanes en obras de construcción debido a los despidos en los centros vacacionales de la Riviera Maya.
En Cozumel, microempresarios esperan que la temporada invernal impulse una reactivación económica tras un año complicado. Eventos como el Ironman han sido cruciales para atraer turismo. En Tulum, la temporada baja dejó una marca significativa en el sector turístico, con cierre de negocios y reubicación de trabajadores. La directora comercial del hotel Motto, Fátima Martínez, destacó la necesidad de diversificar la economía para mitigar los efectos de las temporadas bajas.
En Chetumal, la disminución de visitantes ha afectado a negocios como restaurantes y hoteles, especialmente a los de menor fama. Aunque el tráfico y la presencia de consumidores locales se mantienen, estos prefieren lugares más grandes y costosos. Los negocios en el mercado “Ignacio Manuel Altamirano” están casi vacíos, y la salida de los trabajadores del Tren Maya ha reducido aún más la clientela. El sector hotelero también enfrenta dificultades, con pocas reservaciones para diciembre.