Un número importante de habitantes de Kantunilkín y comunidades vecinas participaron en la procesión realizada el ayer para agradecer los favores recibidos y presentar sus peticiones a la Virgen de la Inmaculada Concepción, en una muestra de fe y devoción que llenó de color las calles de la ciudad.
El recorrido religioso inició a las 11:00 horas con el objetivo de que la procesión de la patrona del pueblo culminara antes del mediodía, momento en que estaba programada la misa en honor a la Virgen, oficiada por el presbítero Diego Pat, quien también acompañó el trayecto de la imagen.
Niños, jóvenes, adultos y personas mayores participaron en la procesión, caminando tras la imagen de la Virgen y portando estandartes, ramilletes, velas y ramas de ruda. Mientras tanto, otros fieles esperaban en la iglesia la llegada de la peregrinación para unirse a la misa, que concluyó cerca de las 13:00 horas.
Desde temprano, familias acudieron a la capilla ubicada en el primer cuadro de la ciudad para presenciar cómo la imagen de la Virgen era retirada de su urna para iniciar el recorrido por las calles de Kantunilkín. Todo se llevó a cabo en un ambiente impregnado por el olor a incienso, el tronar de los voladores y la música de la charanga.
El colorido contingente de fieles recorrió las avenidas Lázaro Cárdenas, Adolfo López Mateos, 5 de Febrero, Rafael E. Melgar e Independencia, para luego regresar nuevamente por las mismas vialidades, finalizando en el edificio religioso, donde dio inicio la misa.
La procesión fue encabezada por los dignatarios mayas y los rezanderos Reyes y Román Chuc Dzib, quienes, en cada esquina donde se detenía el contingente, realizaban rezos en lengua natal, elevando plegarias para que las peticiones y agradecimientos de la comunidad fueran escuchados por la patrona del pueblo, poco antes de ser regresada a su nicho.
El presbítero Diego Pat, sacerdote de Kantunilkín, también encabezó la procesión, acompañando a cientos de habitantes y visitantes que vivieron con fervor este recorrido en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, que marca el cierre de las actividades religiosas del año.
Durante el trayecto, los fieles portaron velas, ruda y arreglos florales, los cuales, al finalizar, fueron depositados en el altar de la Virgen. Este permanecerá accesible hasta antes de la medianoche, cuando la imagen será regresada a su nicho para esperar las fiestas del próximo año.
Según los dignatarios mayas, este año se cumplió la 167ª peregrinación en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, tradición que se estima comenzó en 1857.
Cumplen promesa con tacos y piñatas
Las familias Balam Koyoc, Koyoc Noh, Cauich Abán y Rejón Koyoc, junto con otras personas y amigos, cumplieron casi una década realizando una singular promesa a la Virgen de la Inmaculada Concepción, al ofrecer cada año un almuerzo a cientos de habitantes que participan en la procesión del 8 de diciembre, fecha en la que la imagen de la Virgen recorre las calles de Kantunilkín.
Realizar un gremio o una corrida forma parte de las promesas que los habitantes hacen a la patrona del pueblo. Estas actividades se llevan a cabo durante la feria tradicional en su honor, celebrada en los primeros días de diciembre, como muestra de fe y devoción hacia ella.
También existen otras maneras de cumplir mandas a la Virgen de la Concepción. Varias familias de la cabecera municipal adoptaron formas propias de venerar a la Patrona, realizando actividades que se transmiten de generación en generación, como ofrecer desayunos el 30 de noviembre, cuando su imagen es bajada de su nicho.
En esta fecha, las familias aprovechan para regalar chocolate, pan, arroz con leche o tamales, invirtiendo recursos que ahorran para cumplir con su promesa. Estos actos son una muestra de agradecimiento por bendiciones como la salud de los hijos, la consecución de empleo o la resolución de problemas, atribuidos a la intercesión de la Virgen.
Sin embargo, las familias mencionadas son las únicas que, desde hace casi una década, se organizan y, con recursos propios, ofrecen un almuerzo a cientos de fieles católicos que participan en la procesión en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción por las principales calles de Kantunilkín.
Desde temprano, estas familias acudieron a cantar “Las mañanitas” a la Virgen. Al mediodía, colocaron toldos a un costado de la iglesia, donde, al concluir la procesión y la misa, regalaron tacos de cochinita pibil acompañados de refrescos para los adultos y jugos para los niños.
Además, organizaron la ruptura de numerosas piñatas para los niños que participaron en la procesión, generando un ambiente de alegría entre los asistentes, quienes aprovecharon la sombra de los árboles para descansar de su peregrinaje y disfrutar de los alimentos.
Según estas familias, los recursos invertidos son propios y esta actividad se realiza desde hace varios años como parte de una promesa a la Virgen, en agradecimiento por las bendiciones recibidas durante el año y la salud brindada a sus seres queridos. Su unidad y esfuerzo quedan reflejados en esta muestra de fe y generosidad.