Una pareja de trabajadores de servicios de transportación en el Aeropuerto Internacional de Cancún ha llamado recientemente la atención, pues desempeñan su función mientras arrullan en sus brazos a su pequeño bebé de cuatro meses, Emilio, ante la imposibilidad de dejarlo al cuidado de un familiar.
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Con el niño en brazos, durmiendo, Alberto, su padre ofrece transportación a cuanto viajero sale de las puertas corredizas de la terminal dos del aeropuerto. Se alterna con su esposa, la madre de Emilio, quien también se desempeña como vendedora de transportación mientras crían a su primer bebé.
Tímidos ambos, no querían ser tomados por las cámaras de este medio, pero al final aceptaron, aunque no quisieron dar mucha más información que la evidente, al estar de pie todos los días frente a la adversidad y seguir laborando, aún si eso implica tener que hacerlo con su hijo en brazos.
La particularidad de la imagen hace que el joven con el bebé en brazos no pase desapercibido por nadie, En realidad, lo llamativo era que, a pesar del trajín que significa estar de pie, en un ambiente altamente ruidoso, su bebé dormía plácidamente en sus brazos, como si de una cuna se tratase.
Renuente a querer platicar un poco más de su familia, el joven se secreteaba tímidamente con la madre de su hijo, sorprendido de que su imagen fuese llamativa como para atraer la atención de la prensa.
Se trata de una historia más de las miles que a diario se suceden en la terminal aérea de Cancún, donde confluyen desde las anécdotas del turista que por sus excesos se quedó sin dinero para regresar a su lugar de origen, hasta ejemplos de perseverancia diaria, de miles de trabajadores que no acuden al aeropuerto por razones de ocio, sino a ganarse la vida.
La dinámica diaria de ir y venir de miles de personas genera oportunidades de sustento para miles de personas, y en el Aeropuerto se entrelazan quienes pese a la adversidad necesitan crearse sus propias oportunidades, y quienes sin proponérselo dan ejemplos de cómo se puede enfrentar la vida sin siquiera pensar en quejarse por lo que le tocó vivir.
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AT