
Un reciente estudio del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) reveló que la Península de Yucatán ha perdido 285 mil 580 hectáreas de selvas entre 2019 y enero de 2025.
Esta cifra representa 71 mil hectáreas deforestadas por año, lo que equivale a 196 destruidas diariamente en la región. En Quintana Roo, la pérdida anual es de 14 mil 595, con los municipios más afectados siendo Othón P. Blanco, Bacalar, Benito Juárez, Playa del Carmen y Felipe Carrillo Puerto.
Uno de los factores que contribuye a esta alarmante situación es el debilitamiento de las instituciones ambientales en México. El CCMSS señala que la construcción de megaproyectos, especialmente en áreas de alto valor ecológico como Quintana Roo, ha limitado la capacidad de las instituciones para garantizar el cumplimiento de la ley y proteger los recursos naturales. La tasa anual de pérdida de selvas en la región es del 0.4%, cuatro veces superior a la media nacional del 0.1%.
Impacto significativo
El estado de Quintana Roo ha experimentado una expansión significativa del sector hotelero y turístico, lo que intensificó la presión sobre sus ecosistemas. El crecimiento desmedido de megaproyectos como complejos turísticos, desarrollos residenciales y resorts de lujo ha afectado negativamente a los ecosistemas locales.
La deforestación ha afectado especialmente áreas cercanas a las zonas costeras y bosques tropicales, que son vitales para la biodiversidad y el equilibrio ecológico.

Ejemplo de regulación
Un ejemplo de cómo la regulación ambiental puede frenar la deforestación ocurrió con el Grupo Xcaret, a quienes les fueron revocados los permisos para construir nueve hoteles en Santa Elena, cerca de la zona arqueológica de Uxmal. Esta acción evitó la deforestación de casi 160 hectáreas de selva.
Según Greenpeace, el proyecto pretendía alojar hasta 16 mil 200 huéspedes, lo que hubiera tenido un gran impacto ambiental en la región, afectando ecosistemas cruciales y recursos hídricos de la zona.

El estado más afectado
De los tres estados que conforman la Península de Yucatán, Campeche es el más afectado por la deforestación, con una pérdida de 29 mil 281 hectáreas anuales. Los municipios con mayor afectación son Hopelchén, Carmen, Calakmul y Palizada.
Mientras que, Yucatán registró 27 mil 519 hectáreas destruidas anualmente, siendo los municipios más impactados Tizimín, Panabá, Tekax y Sucilá.
Derechos humanos y megaproyectos
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) advirtió que muchos megaproyectos en México se planean y aprueban en zonas rurales que albergan una parte importante del patrimonio biocultural del país. Estas áreas son habitadas por comunidades campesinas e indígenas, cuyas voces y derechos son frecuentemente ignorados.
La falta de una adecuada planificación y gestión de proyectos ha generado violaciones a derechos humanos colectivos, afectando la autonomía, el territorio y el acceso tradicional a los recursos naturales. Además, la evaluación de los impactos socioambientales suele ser deficiente y parcial, permitiendo la fragmentación de hábitats y la aprobación de proyectos sin los debidos análisis ambientales.

Futuro incierto
El acelerado ritmo de deforestación en la Península de Yucatán es un problema grave que requiere atención urgente. Las instituciones ambientales deben fortalecer su capacidad de regulación y supervisión para frenar la destrucción de los ecosistemas. La protección de las selvas es crucial para la conservación del medio ambiente.