A 54 años de haber sido concebido como un Centro Integralmente Planeado (CIP) por el gobierno federal de Gustavo Díaz Ordaz, Cancún es un destino que envejece y enfrenta problemas de inseguridad por negocio y social, afirmó el consultor especialista en temas de turismo y seguridad, Javier Aluni Montes, quien fue parte del sector hotelero del Caribe Mexicano y después de Acapulco.
Aseguró que Cancún ha sido un destino que le ha costado mucho al gobierno federal, y ahora con el retiro del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), tanto el gobierno estatal como el municipal y el sector privado tendrán que invertir para la operatividad y mantenimiento del destino.
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El entrevistado definió a la inseguridad por negocio, aquella en donde se conjuntan factores generados por el narcotráfico, el cobro del “derecho de piso” y secuestros, rubros en los cuales Cancún registra índices de crecimiento, de acuerdo con reportes de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2024.
Estos organismos establecen que Cancún es la segunda ciudad con mayor percepción de inseguridad, pues así lo considera el 82 por ciento de sus habitantes; le sigue Acapulco, con 79 por ciento.
Además, el coordinador estatal del Inegi, Carlos Fernando Novelo Vela, informó en meses pasados que el 77.85 de los habitantes del municipio de Benito Juárez se siente inseguro, con una reducción del 5 por ciento frente a Chetumal, ciudad donde dicha percepción se incrementó en un 17 por ciento.
Uno de los datos más importantes es que el pasado junio sólo 146 mil habitantes de 18 años o más consideraron que era seguro vivir en Cancún, esto significa apenas el 16.2 por ciento en una población de más de 900 mil residentes.
Por su parte, los reportes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) señalan que hasta el mes de agosto se registraron 710 muertes por delitos de alto impacto.
Apenas hace una semana, otro escenario de la violencia que aqueja a Cancún se ve reflejado en la ejecución de un hombre en la Zona Hotelera de la ciudad, quien presuntamente estaba relacionado con el asesinato de un niño de 12 años, ocurrido en julio. Tras una serie de detonaciones de arma de fuego, elementos de la Policía Turística acudieron al Hotel Riu Palace, sitio en el que hallaron el cuerpo del joven tirado en la arena.
Al arribar, los paramédicos únicamente pudieron constatar que la víctima ya no contaba con signos vitales. Este y otros casos de violencia son un ejemplo de la situación crítica que se vive en el principal destino turístico de Quintana Roo, por el aumento de la inseguridad en todos sus rubros.
Inversión en seguridad
Ante estos escenarios, Aluni Montes dejó claro que los tres órdenes de gobierno deben invertir en materia de seguridad y corroborar que realmente se apliquen los recursos.
Aunque el gobierno municipal presume que en Cancún hay mil 315 cámaras de seguridad enlazadas al C2, no todas son de la policía, pues hay 600 vecinales, de ciudadanos que accedieron a enlazar sus videos al monitoreo de las autoridades, y 235 que ya había de otras administraciones; es decir, que nuevas sólo se han adquirido 480.
Respecto a los llamados puntos de monitoreo inteligentes, suman 70, la mayor parte de los cuales (41), son heredados de anteriores administraciones. En ésta se adquirieron 29, fijos en parques y espacios públicos, en lo que se denominó una “inversión histórica” de 110 millones de pesos, pero a pesar de esto, los ciudadanos siguen sintiéndose inseguros.
Pendientes de estrategia
La inseguridad social tiene que ver con la pobreza de la población, explicó Aluni Montes, pues un alto rango de habitantes padece insuficiencia alimentaria y bienestar social, factores que generarán mayores niveles de inseguridad.
Opinó que la reconstrucción del tejido social debe ir alineada a la generación de espacios y actividades para los diferentes sectores de la población. Contar con centros de atención para adultos mayores, de recreación para niños y jóvenes, de escuelas de música y deportivas, entre otros, fortalecerán la adhesión social y apoyarán el combate a la inseguridad.
Por su parte, Javier Olivas Posada, profesor e investigador de defensa y seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) opinó que a nivel federal, la estrategia y política en materia de seguridad que deberá presentar la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en los próximos días debe incluir a las zonas turísticas de la Península de Yucatán, especialmente a Cancún, al ser éste un destino turístico internacional y lo que representa económicamente para el país.
Dijo que con el inicio de la nueva administración federal, en las próximas semanas se dará a conocer la estrategia y políticas en materia de seguridad pública, en donde se deben establecer criterios para combatir a las organizaciones criminales que operan en el país y en concreto en esta zona turística.
Entrevistado sobre los sucesos ocurridos en la zona de playas de Cancún, que tiñeron de rojo la temporada de verano, el especialista consideró que el destino es una región estratégica y ser un destino internacional consolidado, por lo que se debe “blindar”.
Añadió que con base en estudios, se ha detectado que a nivel nacional operan grupos que producen, exportan drogas o blanquean dinero. Éstos son controlados por los hijos de los dos principales criminales, Joaquín Guzmán e Ismael Mario Zambada, además de organizaciones delictivas como los llamados Zetas, Cártel Jalisco Nueva Generación, la Organización del Noroeste y lo que queda del grupo de Arturo Beltrán-Leyva.
En el caso específico de Cancún, mencionó que por esta zona se trafica principalmente cocaína, cuyo destino final es Estados Unidos.
La principal repercusión social de esta actividad se registra en las zonas conurbadas en donde viven las personas que almacenan dicha droga para su venta al mayoreo.
“Sin duda hay repercusiones en el tejido social, en la dinámica social por temas de inseguridad”, comentó el experto.
A nivel nacional, “se siguen registrado masacres por la impunidad, por la corrupción de las autoridades locales, por la ausencia de programas en materia de seguridad pública”, agregó.
Opinó que la situación de inseguridad que prima en el país significa una “época de bonanza” para el narcotráfico, desde el punto de vista de ingresos, despliegue táctico y territorios ganados.
“Algo que hemos estado insistiendo es que no es una sola violencia, sino que en México están sucediendo un conjunto de violencias simultáneas. Algunas son muy claras, muy directas, como homicidio, extorsión, feminicidio, agresión sexual, violencia familiar. Pero otras tienen que ver con estructuras y la forma en que cohabitamos el territorio. Estoy hablando de la corrupción, la impunidad, la falta de una cultura de legalidad, de la muy mala gestión de los gobiernos en todos sus órdenes y en los tres poderes también, como Estado”, explicó.
Mujeres jóvenes, en riesgo
Para la profesora investigadora de Desarrollo Humano de la Universidad del Caribe, Pivilet Anguiar Alayola, la venta y circulación de sustancias ilícitas, la falta de aplicación de protocolos, como la de Alerta de Género, y la carencia de continuidad de programas de atención social, entre otros, han convertido a Cancún en un lugar inseguro para las mujeres jóvenes.
La problemática es evidente a pesar de esfuerzos como la creación del Centro de Justicia para Mujeres. “No reciben una atención idónea, con perspectiva de género, no hay empatía, hay mucha criminalización, las hacen esperar horas para una atención. Generalmente van y no está el personal que debe atenderlas”, dijo la especialista.
Aunque consideró positivo que se construyan estos lugares, un edificio no es suficiente, aclaró; se requiere de personal empático y especializado para que las víctimas accedan a la justicia sin caer en la revictimización.
Añadió que a pesar de que en Cancún existe la Alerta de Género, desde el 2017, es poco transparente la aplicación de los recursos que se destinan a nivel nacional y estatal para la atención de las víctimas.
De acuerdo con datos del Banco Estatal de Datos de Información sobre casos de Violencia contra las Mujeres (Baesvim), en 2022, Quintana Roo se colocó como el estado con más casos de violencia contra las mujeres, por encima de Chihuahua, Guerrero o Veracruz.
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Benito Juárez fue el municipio con más reportes de delitos de este tipo, especialmente en sus asentamientos irregulares, sin que existan programas específicos para atender el problema, de acuerdo con un cruce de datos de una docena de organismos públicos y documentos oficiales.
En ese año, de enero a septiembre se registraron 36 mil 582 casos de mujeres violentadas en Quintana Roo, según el Baesvim. Por ello, diversos organismos exigieron entender las denuncias interpuestas o los servicios solicitados a alguno de los 11 organismos públicos estatales y municipales que atienden a mujeres violentadas, ya sea por primera vez o reincidencia.
La tasa arrojaba casi 3 mil 971 casos por cada 100 mil habitantes, que es cuatro veces la obtenida por Nuevo León, la segunda peor entidad para las mujeres este año.
La especialista, que está en proceso de integrar una investigación sobre los espacios públicos, la inseguridad y el género, destaca que a los gobiernos poco les interesa establecer programas que den resultados más allá de su mandato.
“Evitan que quienes los sucedan, obtengan beneficios de lo que hayan emprendido durante su administración, es cruel, pero es una práctica. Por ello se carece de proyectos a largo plazo y la falta de continuidad de los existentes, poniendo en situaciones de mayor vulnerabilidad a las víctimas en especial y a las mujeres”, comentó.
Además de las agresiones contra las mujeres, hay hechos que violentan en general el entorno, como los de alto impacto que se viven en Cancún, que tiene incidencias en un entorno general y en la falta de reestablecer un tejido social.
Golpe a la afluencia turística
El Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) hiló seis meses consecutivos con tendencia a la baja en el tráfico aéreo, según el reporte mensual que elabora Aeropuertos del Sureste (Asur).
De acuerdo con la estadística, en los primeros nueve meses del año el volumen de pasajeros movilizados a través de la terminal de Cancún disminuyó en 6.1 por ciento, lo que significa 1.5 millones de pasajeros menos respecto del mismo periodo del 2023.
Mientras que en septiembre del año pasado el aeropuerto sumaba 24.6 millones de pasajeros movilizados, para este año la cifra es de 23.1 millones. Si se toma en cuenta sólo el tráfico nacional, la terminal dejó de movilizar prácticamente a 1.2 millones de pasajeros durante el periodo de referencia, es decir, una disminución de 13.6 por ciento respecto al periodo anterior.
En tráfico internacional la disminución es menor, de apenas 1.9 por ciento, alcanzando un volumen de 15.4 millones de pasajeros foráneos, contra los 15.7 millones de enero-septiembre de 2023.
Este fenómeno no es exclusivo de Cancún, y sería acuciado por la disminución generalizada de frecuencias de aerolíneas debido a la revisión de seguridad en los motores de sus aeronaves.
En el caso de Cancún, la tendencia a la baja inició en abril, con una caída mínima de 0.1por ciento; para mayo se incrementó al 1.3 por ciento, respecto al 2023; en junio alcanzó el 2.4 por ciento; en julio el 4.3 por ciento; para agosto fue de 5.5 por ciento y en septiembre, de 6.1 por ciento. Algunas proyecciones anticipan que la terminal difícilmente podrá superar los 30 millones de pasajeros al cierre de este 2024.
La “Joya del Caribe” en números rojos
La inseguridad ya atentó contra la rentabilidad del destino turístico, que registró este verano su peor agosto en años. Esta ocasión, la ocupación turística apenas alcanzó el 66.5 por ciento. Los pobladores, touroperadores, especialistas y visitantes coincidieron que la inseguridad era una de las causas principales.
Otras podrían ser la falta de promoción “profesional”, el fortalecimiento de la oferta turística y hotelera de otros países del Caribe, como República Dominicana, los precios más competitivos de éstos, y la falta de nuevos atractivos, pues aunque el turismo de retorno registra un promedio de tres o cuatro viajes, encuentran un destino del que han visto todo.
Asimismo, este septiembre se registró la peor temporada de ocupación hotelera en la historia, y ni siquiera el puente patrio dejó ganancias, pues la demanda en hotelería no pasó del 71 por ciento; en contraparte, Acapulco logró el 85%.
Descartan competencia del Aeropuerto de Tulum
El director de la terminal aérea de Cancún, Carlos Trueba Coll, dijo que no atribuye la tendencia a la baja a la entrada en operaciones del Aeropuerto Internacional de Tulum, pues hasta el momento no les ha quitado ningún vuelo.
“Consideramos que es un complemento. No hay indicios de que el nuevo aeropuerto esté acaparando vuelos que tradicionalmente aterrizan en Cancún, hasta el momento son rutas totalmente nuevas hacia esa terminal”, dijo.
Sin embargo, el Aeropuerto Internacional de Tulum ya se colocó entre los 10 con más tráfico aéreo de todo el país, operando rutas que por mucho tiempo han sido las más rentables para Cancún, como la proveniente de Dallas, la cual ha sido también en los últimos años la de mayor volumen de pasajeros en rutas internacionales para México.