Conductores de DiDi y Uber aseguran que el principal problema de los taxistas de Cancún es que nunca se preocuparon en modernizar sus unidades y ahora se sienten amenazados por las plataformas de transporte, por ello proyectan expulsarlas a través de la violencia y las marchas.
Recalcaron que aunque los intereses económicos en el Sindicato son muchos, en la libre competencia, el mejor sale ganando.
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“Si los taxistas se hubieran preocupado por modernizarse, por ofrecer un servicio de calidad, respetando la tarifa, teniendo sus unidades limpias y en buenas condiciones, jamás se hubieran preocupado por Uber o por otras plataformas, pero nunca lo hicieron, pensaron que su monopolio sería eterno. Yo le aseguro que muchos de los choferes de Uber o DiDi son o fueron taxistas, pero se dieron cuenta que acá se gana más.
Entrevistados por separado, varios conductores coincidieron en que el único lugar donde hay conflictos de este tipo es en Quintana Roo, y en particular en Cancún, donde la mayoría de los visitantes prefieren Uber y con manifestaciones como las del sábado, la imagen del destino se deteriora más, lo que pone en riesgo a la “gallina de los huevos de oro”.
“En las grandes ciudades del mundo hay Uber y debe haberlo en Cancún. Trabajo hay para todos, pero los taxistas prefieren recurrir a la violencia y bloquear carreteras como pasó ayer en el Aeropuerto, y como nada de eso es sancionado, pues lo seguirán haciendo, aunque se perjudique al destino, porque el Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo) no infunde respeto y por eso tanto relajo se arma”, opinó un operador de plataformas digitales.
Otros conductores como Filiberto “N”, quien perteneció al sindicato varios años, aseveró que los líderes sindicales se aferraron al poder durante años. Dicha agrupación siempre fue un bastión priísta y la caja chica del Gobierno, y ahora tienen el miedo de quedarse sin trabajo y que su inversión se pierda.
“Hay mucha gente que tiene invertido su dinero en placas. En teoría esa concesión debió ser gratuita, pero con el tiempo comenzó a tener un costo, y cuando alguien quería su placa, se la vendían hasta en medio millón de pesos. Te hablo de hace 20 años, ahora no valen ni 5 pesos, se han ido devaluando. Pero mucha gente vio como negocio esa concesión. Los que andan de revoltosos con manifestaciones y en contra de Uber son los que tienen 10 o 20 placas. Aunque su inversión la recuperaron hace mucho tiempo, le quieren seguir sacando leche a la vaca, y por eso es el conflicto con los Uber”, explicó.