Encargado de bar en la ciudad reveló que hay aumento de fiestas clandestinas entre menores de edad, las cuales se organizan a través de grupos de WhatsApp; en locales o casas particulares se da la venta de alcohol y droga ilimitada y aunque no se han conocido jóvenes intoxicados -en estas reuniones-, los adultos que son contratados para atender a los adolescentes confirmaron que muchas ocasiones han quedado inconscientes por sus excesos en el consumo de diversas sustancias.
Además para conseguir el alcohol no es problema la edad, ya que es bien sabido que hay venta ilegal en las redes sociales y a domicilio en todo Cancún, lo que incrementa el riesgo para la salud. Desde que se establecieron los horarios para restringir la comercialización de bebidas etílicas la demanda subió en las plataformas; se tienen grupos en los que se ofertan todo tipo de bebidas, incluso se cobra el envío. Pero también abrieron más clandestinos que venden a cualquier hora y día, hasta en Ley Seca.
Es un secreto a voces que cada vez es más frecuente que se realicen este tipo de eventos en donde se cometen varios ilícitos y ponen en riesgo a los adolescentes, en dichas convocatorias se aglutinan cientos de jóvenes, en las cuales terminan cerrando las calles para realizar estas fiestas descontroladas y que ninguna autoridad es capaz de impedir.
“Está mal que lo diga, pero a mí me han contratado para amenizar esas fiestas, no he aceptado porque tengo hijos, pero mis conocidos que trabajan en diversos lugares me han comentado cómo es; ellos rentan el lugar, llevan su alcohol y se les pone la música, se les sirven los tragos y se les cobra el cover, que es des de 150 hasta 300 pesos, se meten de todo, hay chavos hasta de 13 años que terminan tirados en la calle, los meten hasta que se despiertan o los mandan a sus casas en taxi… generalmente son casas sin muebles, locales pequeños o del tamaño de una bodega, dependiendo de la gente que vaya, pero si, son muy comunes casos en toda la ciudad, en la Luna, en la Huayacán, o en Bonfil”, dijo Alejandro “N”.
No reveló lo que sus conocidos cobran por al menos seis horas de fiesta que se pueden prolongar varias horas más y admitió no entender como los padres no se dan cuenta de la ausencia de los hijos o el estado en el que regresan a sus hogares. Además, recordó que otra situación alarmante es que en las escuelas se han incrementado los casos de jóvenes intoxicados por diversas drogas.