La franco-americana Laure o Laurie R. LF., cumplió tres semanas varada en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), quien vive desesperanzada en los jardines de la Terminal 2 aguardando que alguien la ayude a regresar a su hogar; sin embargo, no puede salir del país porque no tiene pasaporte, ya que expiró en el 2023.
La mujer aseguró que ha solicitado apoyo consular; sin embargo, hasta el cierre de ésta edición no había recibido respuesta favorable; dijo que se quedó sin dinero y a veces son los empleados del aeropuerto o los pasajeros quienes le invitan algún bocado.
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Se sabe que llegó el pasado 12 de diciembre a la terminal aérea. Ya ha sido entrevistada en los módulos de información para ser vinculada con los consulados, pero por algunas inconsistencias en sus dichos no ha sido posible, ya que no ha logrado mostrar ningún documento oficial, más que una licencia de conducir expedida en Estados Unidos, pero por otro lado pide que la deporten a Samoa Americana o le permitan irse como refugiada “para encontrar paz” (sic).
Entrevistada por Por Esto! pide tener contacto con la Embajada francesa o de Bélgica, pero curiosamente no con la estadounidense, porque lo que quiere es retornar a Europa. La joven aseguró que en esas tres semanas ha sido como un fantasma en esa terminal porque dice que nadie la ha apoyado. Se nota desconfiada y no hay registro de cómo y cuándo llegó a Cancún, al menos no por la vía aérea; sin embargo, dijo haber estado dos años en Xalapa, Veracruz, lugar al que no quiere regresar por muchas desventuras que vivió y de donde finalmente logró salir.
Ahora quiere irse de México, pero no puede comprar un boleto de avión por falta de documentos y dinero, además de que le robaron sus dos teléfonos celulares y no ha logrado contactarse con algún familiar, ya que su madre murió hace cuatro años en Nueva York.
“Por favor ayúdame. Necesito ser deportada. Envié una solicitud de pasaporte para ser refugiada en Irlanda, Israel, Nueva Zelanda, Samoa Americana o Francia en donde puedo encontrar paz…Traté múltiples veces en Ciudad de México y me negaron el pasaporte, tampoco me venden ningún boleto y ya no tengo dinero para alimentos o necesidades básicas, incluido un vuelo”, señaló.
La mujer se nota tranquila y un poco desconfiada, al principio, pero abierta al diálogo, aunque por momentos no hay hilaridad en sus declaraciones, tampoco dijo cómo llegó a Cancún y porqué, lo único cierto es que lleva tres semanas en la Terminal 2, donde seguramente seguirá, hasta que alguien le ayude a resolver su situación legal.