Quintana Roo / Cancún

Casi un mes viviendo en el aeropuerto: Laure, la turista estadounidense cuenta cómo llegó a Cancún

Una mujer radica en el AIC desde finales del año pasado; asegura que fue retenida con engaños.
La extranjera llegó el 12 de diciembre de 2024, y hasta a fecha le es imposible salir del país / Bryan Abarca

En la incertidumbre continúa una mujer de nacionalidad estadounidense, quien arribó al Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) y ha estado viviendo a las afueras de la Terminal 2 desde el 12 de diciembre, con la esperanza de ser deportada por las autoridades mexicanas, tras haber sido víctima de una probable célula de trata de personas de la que logró escapar.

La historia, brevemente narrada por Laure Rachelle La France, una mujer de 51 años originaria de Estados Unidos, con madre y familiares de ascendencia francesa, explica cómo llegó al país engañada, donde sus documentos oficiales le fueron arrebatados, impidiéndole hasta ahora salir del territorio mexicano.

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La mujer puede ser fácilmente localizada en la Terminal 2 del AIC, donde permanece sentada en el suelo del parque que conecta el estacionamiento. Con un carrito para maletas, proporcionado por empleados de la empresa Asur, guarda sus únicas pertenencias en este país.

La historia comenzó a mediados de 2022: “El día que mataron a mi mamá, fui contactada por una persona que se hizo pasar por amiga de un tío de origen francés, asegurándome que él estaba en riesgo y con problemas de salud, por lo que debía viajar de inmediato para ayudarlo”.

“Cuando me llamaron y me explicaron la situación, yo vivía en Nueva York. Como no tenía más familia que mi madre, no dudé en tramitar mi pasaporte para poder asistir a quien supuestamente era mi tío, un diplomático francés que residía momentáneamente en el estado de Veracruz”, relató entre lágrimas.

Al llegar a México, una persona la recibió y la llevó a un lugar parecido a un rancho. Allí le pidieron sus documentos bajo el pretexto de agilizar los trámites para salir del país con su tío, a quien nunca conoció.

La extranjera dio a conocer que sus documentos originales le fueron arrebatados / Bryan Abarca

“Cuando vi que no avanzaba nada con mi supuesto tío y no me dejaban salir del lugar donde estaba, me desesperé y busqué la forma de escapar. Un día lo logré, dejando atrás a las personas que me tenían retenida”.

Con una copia de sus documentos, acudió directamente al aeropuerto con la esperanza de recibir apoyo, pero las autoridades migratorias no le permitieron salir, alegando que necesitaba un documento del consulado estadounidense y que debía ir a Sonora.

“Como pude, con el poco dinero que tenía, viajé a Sonora, pero no encontré apoyo para obtener un pasaporte. Mi pesadilla continuó, y terminé vagando por gran parte del país sin respuestas a mis problemas. Algunas personas me recomendaron viajar hacia el sureste, pensando que, al ser un destino turístico, recibiría ayuda de las autoridades”, señaló.

La entrevistada dijo ser franco-americana y que arribó en el 2023; sin embargo, al expirar su pasaporte no pudo volver a su ciudad de origen

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Así fue como, tras todo este tiempo, arribó en diciembre a Cancún. “La sorpresa es que aquí es donde menos apoyo he encontrado. Desde que llegué he estado en este parque, entre el estacionamiento y la terminal”.

“Si no fuera por los trabajadores y algunas personas que me regalan comida, estaría en una situación de salud más grave. Todas las noches, a las 9:00 p.m., me permiten ingresar a la terminal para resguardarme del clima, pero temprano debo salir nuevamente al parque”, comentó.

Durante las noches le permiten refugiarse del clima, pero en el día, sale al parque / Bryan Abarca

Mientras está dentro de la terminal, aprovecha para asearse y usar los baños, además de tratar de dormir en las sillas. Sin embargo, la noche pasa rápido, y al amanecer debe regresar al exterior.

“En Estados Unidos fuimos víctimas de la inseguridad; a mi madre le quitaron la vida. Hoy no quiero regresar a ese lugar. Busco, por mi parentesco francés, la oportunidad de refugiarme en ese país. Sin embargo, la comunicación ha sido complicada porque no tengo un teléfono para llamar. Además, me piden que viaje a la Ciudad de México para tramitar una visa, lo cual es imposible para mí”, finalizó.