En un recorrido por el Parque del Maestro, ubicado en la entrada de Chetumal, se percibió un intento de simulación por parte de las autoridades para que parezca que el lugar recibe mantenimiento, sin embargo, con sólo caminar dentro del mismo se nota que únicamente se enfocaron en el centro del parque para pintar bancas y resaltar otros detalles mínimos.
Si bien este parque se ha convertido en un sitio concurrido por los chetumalenses, toda vez que durante las tardes acuden a ejercitarse, las autoridades no se han dado a la tarea de asegurarse de que se encuentre en mejores condiciones, toda vez que es un sitio familiar y debe ser seguro para adultos y menores.
Desde el momento de ingresar al sitio, por cualquiera de las dos avenidas, se observa el descuido; por un lado, si se ingresa por la avenida Revolución, lo primero que se ve es un registro de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sin puertas, lo que fácilmente podría provocar un accidente lamentable; y, por otro lado, si la entrada es por las escaleras de la Álvaro Obregón, se percibe la pintura descarapelada.
Al llegar al centro del parque, se observan las bancas pintadas de blanca, al igual que la base donde se encuentran los monumentos, sin embargo, basta con caminar en los alrededores para notar que el resto de bancas no está pintado, incluso se percibe la humedad acumulada en ellas. Por si fuera poco, se nota que la pintura blanca usada para simular una buena imagen es de baja calidad porque ya está deslavada.
Por otro lado, el parque cuenta con otras escaleras que dan hacia la parte de atrás, no obstante, es difícil determinar cuál es la finalidad de estas, toda vez que lo único que se ve al final de los escalones es hierba crecida, lo cual se vuelve peligroso tratándose de un lugar al que acuden menores, quienes al jugar en el parque podrían bajar hacia dicha área y tener algún accidente o toparse con algún animal ponzoñoso.
También se cuentan otros detalles como el piso levantado en diferentes puntos del lugar, por las raíces de los árboles, así como la presencia de neumáticos de gran tamaño que las personas que acuden utilizan para ejercitarse, aunque la mayoría se encuentran “escondidas” justo en las escaleras que dan hacia la hierba crecida. Otro detalle es la fuente, pues también está llena de agua estancada y con humedad.
Cabe mencionar que este no es el primer parque en el que se observa esta táctica por parte de las autoridades, que consiste en centrarse sólo en pintar la parte más visible del lugar para que parezca que se le ha dado mantenimiento, mientras el resto del sitio se encuentra en malas condiciones; incluso aunque los colores de pintura empleados no coincidan con el que se utilizó de manera previa.