De acuerdo con los diversos estudios que se han realizado sobre la sabana de Chetumal y el exceso de lechuguilla, una de las hipótesis señala que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) estaría involucrada en la proliferación de dicha plaga, a causa de la falta de un tratamiento adecuado de las aguas residuales que desembocan en dicho cuerpo de agua.
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Al respecto, la bióloga María Luisa Villarreal Sonora explicó que desde hace dos años ya se había detectado que la planta de tratamiento Centenario, que pertenece a la CAPA, no cuenta con la capacidad suficiente y necesaria para el tratamiento de las aguas residuales, por lo que no se desecha toda la materia orgánica que contienen, lo que propicia que esta llegue a la sabana, favoreciendo el desarrollo de la lechuguilla.
En ese sentido, la investigadora señaló que lo anterior se descubrió durante monitoreos a la planta de tratamiento, en los que se percibió que las aguas que supuestamente son tratadas continúan siendo aguas residuales. Por otro lado, señaló que ni la CAPA ni ninguna autoridad ha tomado cartas en el asunto para resolver esta situación, permitiendo que el cuerpo de agua continúe contaminándose, al grado de que la lechuguilla lo ha invadido por completo.
Por otro lado, Villarreal Sonora señaló que se trata de alrededor de 60 hectáreas que están en riesgo por dicha contaminación, pues ahí es donde se vierten las aguas residuales de la planta de tratamiento; lo cual no sólo implica la futura pérdida de la sabana, sino lo que esto significará para los habitantes que viven en los alrededores de la zona y que en muchas ocasiones acudían a pescar al lugar.
Finalmente, indicó que mientras la CAPA no tome medidas acerca de la incapacidad del tratamiento de las aguas residuales, cualquier método que intenten emplear para combatir la lechuguilla será insuficiente, pues la materia orgánica que se queda en las supuestas aguas tratadas es parte de lo que propicia las condiciones que necesita la lechuguilla para continuar proliferando en la sabana.