La violencia que se vive en el Sur de Quintana Roo con la presencia del crimen organizado ha alcanzado a los maestros luego de que un grupo de docentes fueron asaltados por hombres armados con rifles de grueso calibre en el camino a Río Verde y Nuevo Tabasco, en Bacalar.
Los maestros, quienes son considerados una figura de autoridad en las zonas rurales fueron víctimas de la delincuencia que aqueja en la zona. Los educadores fueron interceptados por un grupo de al menos siete sujetos armados con rifles de grueso calibre y sin mediar palabra los obligaron a detenerse en la carretera entre El Gallito y Sinaí.
Los profesores narraron que los hombres armados los obligaron a bajar de su vehículo y los despojaron de sus teléfonos celulares, al tiempo de advertirles que si intentaban pedir ayuda o hacían algún ruido, los matarían.
En un momento, creyeron que sucedería lo peor, incluso los sujetos se llevaría el vehículo en el que se transportaban, pero en ese instante apareció una camioneta de la empresa Segalmex en la carretera.
Los maestros angustiados por lo que vivieron al ser despojados de sus pertenencias, también presenciaron el momento cuando los delincuentes detuvieron la camioneta de la empresa de valores y la asaltaron.
Una de las víctimas que por obvias razones no dio su nombre, dijo que “Esta situación no es nueva en la zona rural”, ya que hace un año cuando estuvo trabajando en Río Verde y Miguel Alemán vivió episodios similares.
Señalaron que la falta de intervención por parte de las autoridades genera un vacío que los criminales aprovechan para asaltar, amenazar y controlar gran parte de la región, puesto que hay nula vigilancia.
“Es una zona de abandono y muerte, donde las autoridades decidieron hacerse de la vista gorda. Nadie se pronuncia, nadie asegura la seguridad que necesitamos”, comentaron.
Los docentes lamentaron el hecho de que las autoridades parece que se han olvidado de las zonas rurales de la entidad, en especial estas zonas donde a diario viajan para poder llegar a las comunidades para impartir sus clases.
“Lejos de impulsar la economía, reparar carreteras o invertir en los sectores que ayudan al campo, lo único que han hecho es olvidarnos, esta área en un lugar desolado”, sostuvieron.
Asimismo, aseguraron sentirse olvidados por la autoridad, debido a que tampoco se pronuncian al respecto. “El delito más grande lo cometen nuestras autoridades, que nunca se pronuncian. No protegen ni a los maestros ni a las familias que nada tienen que ver con estas situaciones”.
Estos profesores afectados exigieron a la autoridad a que se tomen medidas inmediatas para garantizar su seguridad y la de todos los habitantes de la región y aseguraron que no se puede seguir trabajando en esas condiciones de inseguridad, antes de que algo peor suceda.