Quintana Roo / Sucesos

Morir con el ISSSTE en contra: Gabriel, menor de dos años muere en Cancún por negligencia médica tras 9 meses de lucha

Durante nueve meses, el menor sufrió un calvario por la falta de medicinas, equipo y especialistas hasta fallecer por seis paros cardiacos.
La muerte del menor dejó a su familia, sobre todo a sus padres en medio del sufrimiento y la indignación / Rodolfo Flores

Las palabras del médico retumbaron con una profundidad que laceraba el alma: “Su hijo acaba de sufrir cuatro paros cardiacos”. La indignación, la rabia y el dolor de los padres sonaron al unísono al reclamar la supuesta negligencia que llevó al menor a estar en tal situación, mientras que Gabriel Emiliano, de poco más de dos años, luchaba en la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) por vivir, simplemente vivir.

La historia de esta lucha contra la muerte se remonta a abril del 2024, cuando, por azares del destino llegó a Por Esto! el caso de un infante al que le brindaron una mala atención en la clínica de Cancún. Fue la abuela quien contó el viacrucis del menor. Ligia María Aké llegó a esta casa editorial desesperada y molesta; narró cómo el personal del ISSSTE los maltrató desde la primera vez.

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El primer contacto

El viernes 26 de abril, sus padres lo llevaron al nosocomio por encontrarse con una aparente crisis de asma y bronquitis, acompañado de vómitos y diarrea. Fue internado de emergencia y dado de alta al día siguiente, pese a que aún se encontraba muy enfermo.

Le recetaron diversos medicamentos que, desde luego, no tuvieron en el hospital y no ayudaron en lo más mínimo al infante. Los vómitos y evacuaciones diarreicas se intensificaron, pero ahora con fuertes dolores abdominales y lo llevaron de nuevo. La pediatra en turno atendió al pequeño, a quien recetó sin revisarlo ni mandarle a hacer pruebas. La condición del niño empeoraba.

Dos días después, por tercera ocasión, fueron al nosocomio y otro pediatra, nuevamente y sin estudios, extendió una receta y una crítica hacia la anterior especialista, quien habría recetado mal al pequeño; los medicamentos, tampoco surtió el dispensario institucional.

La historia fue distinta 48 horas después, cuando luego de varias horas de espera, finalmente lo internaron, pero no lo atendieron, pues el pediatra tuvo un “asunto familiar” y no se presentó.

En la escena apareció el coordinador médico, Gracián Reyes, quien dijo que llevarían al niño al hospital general, pero no lo hizo y ordenó estudios, pero el equipo estaba inservible, así que lo trasladaron. Además, confesó, los análisis a la muestra de sangre que le tomaron al pequeño, no se hicieron. El niño sólo estuvo unos momentos en dicho nosocomio, ya que como no había especialista, lo regresaron al ISSSTE.

Informaron a familiares que el pequeño sería trasladado a un nosocomio privado / Rodolfo Flores

Falsos documentos

La serie de irregularidades continuaron desde entonces. Días después, el padre del menor acusó a los directivos del nosocomio de haber exhibido en el Juzgado Federal un documento falso de atención al pequeño Gabriel Emiliano.

Dijo que se querían “lavar las manos”, por lo que promovió la falsedad de declaración ante la autoridad federal, en tanto su bebé luchaba contra un tumor detectado en el estómago.

Tras el amparo ingresado y aceptado por el Juzgado Quinto de Distrito, tanto Miguel Ángel García Albarrán, directivo del Hospital General “Dr. Jesús Kumate Rodríguez”, como el director de la clínica del ISSSTE en Cancún, Adrián Alejandro Albornoz Zapata, tuvieron que dar respuesta como parte del Informe de Suspensión de Plano AI 563/2024F.

Con base en ello fue que el padre de Gabriel Emiliano corroboró la serie de irregularidades cometidas desde el inicio por parte del personal del ISSSTE, incluso, intentando alterar documentos.

Tras tres diagnósticos erróneos y ante la carencia de un pediatra que atendiera a su hijo, el director del ISSSTE en Cancún emitió una orden de traslado, pero no al hospital general, sino al Regional de Mérida, el 3 de mayo pasado, aunque dicho documento no presentaba ninguna firma y el infante fue llevado al de Cancún.

Extraviaron en la clínica un catéter, sonda y antibióticos para el niño. / Rodolfo Flores

Viacrucis de principio a fin

Aun con los amparos y tras comprobar, mediante documentos, lo que empezó como un viacrucis, el pequeño dio la batalla en hospitales durante nueve meses. Diagnósticos erróneos que fueron desde crisis de asma y bronquitis, infección, tumor y finalmente, después de varios días, los especialistas en el hospital general de Cancún diagnosticaron que era cáncer en la vejiga.

Aun con su malestar, dolores, intravenosas en sus pequeñas manos para recibir medicamentos, Gabriel no perdía la sonrisa, a decir de sus padres, quienes  nunca esperaron un fatal desenlace.

Gabriel recorrió la clínica del ISSSTE (donde estuvo ingresado varias ocasiones), el Hospital General “Dr. Jesús Kumate Rodríguez”, así como el “20 de Noviembre” en Ciudad de México, donde recibía quimioterapia.

La semana pasada empezó con fiebre. Sus padres lo llevaron a consulta médica a la clínica. Los doctores le recetaron paracetamol y lo mandaron a su casa. Unas horas después, tuvieron que acudir nuevamente porque persistía la fiebre.

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Compra de insumos

Los doctores solicitaron a sus padres comprar catéter, sonda y antibióticos para atenderlo, ya que no contaban con ellos en la clínica. Como pudo, Gabriel Caamal Aké consiguió lo solicitado, siempre con la confianza de que su hijo sería atendido y podría recuperarse.

Sin embargo, descubrió que “desaparecieron” los artículos médicos que llevó. El sábado pasado vio que su pequeño convulsionaba por la falta del antibiótico. El niño fue estabilizado luego de siete horas, dijo su papá,  quien en estos nueve meses interpuso al menos cinco denuncias ante juzgados, señalando la presunta negligencia médica, falta de atención para garantizar la salud a su hijo, así como robo de material médico.

Aún con ello, dijo, la atención no mejoró en el nosocomio que carece de especialistas, como  pediatras que estén de manera permanente y den seguimiento al tratamiento de los pacientes, además de una larga lista de carencias.

Padres de Gabriel Emiliano comentaron que, a pesar de los dolores, su hijo no perdió la sonrisa / Rodolfo Flores

Últimas horas

Ayer, Gabriel entró en crisis, con un cuerpo debilitado por la fiebre y el cáncer en la vejiga. Además, a decir del padre, los doctores le informaron que le dio neumonía por lo que tuvieron que intubarlo. Vino el primer paro cardiaco, el segundo, el tercero, el cuarto. Los doctores pedían paciencia a los padres que esperaban desesperados en la banqueta de la clínica del ISSSTE para conocer la situación.

Poco antes de las 16 horas, tanto el pediatra -de apellido Serrano- como el director de la clínica informaron que “estaba en estabilización”, al tiempo que pedían el permiso para trasladarlo a un hospital privado con el argumento de que ahí contaban con el equipo necesario. Los padres, abuelos y demás familiares se preguntaban si el menor resistiría un traslado. El pediatra reconoció que en el trayecto podría sufrir otro infarto, que sería fatal.

Aun así, el niño, en el último hilo de vida, fue trasladado. Al llegar al hospital privado, a unos cinco kilómetros de distancia, luego de ingresarlo sufrió el quinto paro y casi de inmediato, el sexto, que fue el definitivo... luego, el padre, en el teléfono, sólo comunicó: “acaba de fallecer mi bebé”.