La Villa de Pomuch, en Hecelchakán, uno de los 13 municipios que conforman el estado de Campeche, se halla a 63 kilómetros de la capital, San Francisco de Campeche en dirección a su vecino estado, Yucatán. Pomuch es muy famoso a nivel nacional y hasta internacional por sus tradiciones que rebasan fronteras, así como su tradicional pan.
El pan de pichón se erige como uno de los tesoros culinarios que reflejan la riqueza de las tradiciones locales. Este distintivo pan, que se prepara principalmente para ocasiones especiales y festividades, ha capturado la esencia cultural de la región, convirtiéndose en un símbolo de la identidad de Pomuch.
El pan de pichón es un producto tradicional que se elabora a base de masa de pan enriquecida con diversos ingredientes, incluyendo miel, frutas secas y especias. Su nombre, "pichón", hace referencia a una variedad de pichones o palomas que, en tiempos antiguos, eran comunes en la dieta local. Aunque el pan en sí mismo no contiene pichones, la denominación rememora tiempos pasados cuando estos pequeños aves formaban parte de la tradición culinaria de la región.
La preparación del pan de pichón es un proceso meticuloso que requiere habilidad y paciencia. Los panaderos de Pomuch siguen recetas heredadas de generación en generación, que han sido perfeccionadas a lo largo de los años. La masa se amasa a mano, se deja reposar durante varias horas y, finalmente, se hornea a fuego lento hasta alcanzar una textura crujiente por fuera y suave por dentro. El resultado es un pan con un sabor único, que combina la dulzura de la miel con la riqueza de las frutas secas.
El pan de Pichón, es el pan francés de siempre, relleno con jamón, chiles jalapeños y queso Daysi, un queso de origen mexicano parecido al cheddar, pero más seco y fuerte, el pan es horneado lo cual hace que el queso que está en el centro se derrita y cause esa sensación de satisfacción a quien lo coma.
Este pan no solo es apreciado por su sabor, sino también por su papel en las festividades locales. En Pomuch, el pan de pichón se sirve durante celebraciones importantes como bodas, bautizos y la festividad del Día de Muertos. Su presencia en estas ocasiones subraya la importancia de mantener vivas las tradiciones culinarias y culturales de la comunidad.
El pan de pichón es un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser un vehículo para la preservación cultural y la celebración de la identidad local. En Pomuch, este pan sigue siendo un símbolo de la unión familiar y la tradición, recordando a todos aquellos que lo prueban la riqueza de la herencia cultural campechana. Con cada bocado, se saborea no solo un delicioso pan, sino también un pedazo de historia y tradición.
JY
