Cada municipio tiene en sus historias una tienda, la cual ha sido de la preferencia de muchos habitantes a lo largo de los años; en la localidad “La casa Marín” un negocio familiar, ha resistido el embate de las grandes cadenas comerciales y de la pandemia, gracias a la fidelidad de los ticuleños, que han hecho suya esta tienda de abarrotes desde 1946, cuando se ubicó en el frente sur del Mercado municipal.
Uno de sus principales sostenes es la llegada de los vecinos que acuden al mercado a tomar su refresco y sus bizcotelas, una tradición que se conserva, pues según comentó Gonzalo Marín Gómez, uno de los administradores actuales, siguen comprándole bizcotelas a la misma empresa con la que empezaron hace más de 50 años; lo que ya no hay dijo, es el soldado de chocolate, ahora se toman otros refrescos.
Ciertamente, comentó Gonzalo Marín (hijo), “se han pasado momentos difíciles desde la apertura de los primeros ‘supers’ en las cercanías del mercado, más aún con la llegada de las grandes cadenas comerciales; es más, varias de las tiendas que se ubicaban en los alrededores acabaron cerrando, pero gracias a la unidad de la familia y al gran amor de mis padres por esta tienda, seguimos adelante. Pues la atendemos entre hermanos y agradecemos la preferencia de nuestros clientes, incluso de otros pueblos como Dzan, Sacalum, Chapab y Pustunich, entre otros. Ya que siempre pasan a visitarnos y tomar sus refrescos cuando vienen a hacer sus compras a Ticul”.
"Esta tienda ha sido parte fundamental en la vida de nuestra familia, desde que mi padre Gonzalo Marín Dzib (El Tigre), quien nació el 24 de junio de 1929, comenzó su primera y pequeña tienda de abarrotes “El Tigre”, en San Román, cuando apenas tenía 13 años, en 1942, en el mismo lugar que años más tarde ocupara otra tienda con el mismo nombre ‘Tienda El Tigre’, luego en 1943 abriría otra de abarrotes en San Enrique. Por su tienda de abarrotes y en un pequeño lapso pone su molino, era la época en que comenzó su idilio aún hoy vivo con Delta Noemí Gómez Carrillo, mejor conocida como Doña “Mimí”, con quien luchó a partir de entonces por sacar adelante la empresa familiar".
Ya en el año 1946, buscando un mejor lugar para su negocio, se posicionó enfrente del mercado municipal del lado sur, poniendo la primera farmacia en Ticul y continuando con su tienda de abarrotes, todo ello con el nombre de “Casa Marín”. En 1955 contrajo nupcias con Delta Noemí Gómez y Carillo, que aparte de su esposa se convierte en su brazo derecho, comenzando a crecer aún más su negocio, así como su familia, pues tuvieron en su matrimonio 7 hijos (4 mujeres y 3 hombres), de los que ahora ya tienen varios nietos y bisnietos.
SY