Luego de permanecer inundado poco más de 160 días y en los últimos hasta con verdín, el Paso Deprimido ubicado en la Prolongación de Paseo de Montejo con Circuito Colonias al fin luce seco, debido a que las lluvias ya dieron tregua y poco a poco el manto freático va cediendo, personal de la Comuna meridana realizó trabajos de limpieza en el lugar, aunque al momento no hay fecha para que se reabra a la circulación.
Como se recordará, este paso a desnivel empezó a presentar desperfectos hacia mediados del año pasado a causa de la Tormenta Tropical Cristóbal, posteriormente se le sumaron los efectos del Huracán Delta, así como las lluvias dejadas por Zeta, lo que impidió que el agua bajara su nivel.
Ya en fechas más recientes, el nivel del agua alcanzó los 3 metros de altura y lucía con verdín; la situación se mantuvo en ese tiempo con pocos avances.
Al respecto, el director de Obras Públicas del Ayuntamiento de Mérida, David Loría Magdub, ha informado que desde su inicio el Paso Deprimido “ha tenido algunos detalles” y, a partir de su construcción, para la Comuna meridana ha representado un gasto constante, de tal suerte que ha invertido más de 76 millones de pesos desde su edificación a la fecha.
El funcionario municipal ha dicho que en un periodo de 8 años, el Paso ha sido reparado 7 veces, cuando en principio esta obra debería tener una vida útil, sin intervención, de al menos 20 años.
Se ha calculado que en el Paso Deprimido al día circulaban unos 47 mil vehículos entre las 7 de la mañana a las 7 de la noche.
Pese a que se ha informado que darán una solución para esta obra, al momento no se ha dado a conocer algún proyecto en específico para resolver los problemas de la estructura; algunas voces de expertos señalan que uno de los caminos más viables es rellenarlo.
Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst (AMEK), Francisco Bautista Zúñiga, ha explicado que la configuración actual del Paso estará dando problemas similares a lo largo de los años y que seguirá siendo costoso, por lo que ha opinado que una mejor opción es construir hacia arriba.
El también investigador del Centro de Investigación en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha señalado que los últimos trabajos son meramente paliativos, como para decir “están haciendo algo”.
Al principio de las inundaciones al Paso Deprimido lo adornaba un agua cristalina que con el tiempo y ante el rebosamiento del manto freático se empezó a tornar verde, ya que pasaron más de 5 meses con el vital líquido acumulado.
Por lo pronto, el Paso Deprimido ya luce seco y se apreció a personal del Ayuntamiento el día de ayer realizando algunas labores de limpieza, sobre todo en las paredes, las cuales hasta el día de ayer lucían con verdín, falta esperar que al fin se busque una solución para que la obra funcione adecuadamente; estrategia que aún no ha sido presentada puntualmente por la autoridad municipal.
En la segunda quincena de enero se presentará a los meridanos el dictamen final que contendrá las opciones más viables para la eventual reparación del Paso deprimido. Hasta hoy, sigue sin existir una partida presupuestal definida para la ejecución de las obras que sugerirá el Colegio de Ingenieros, “los escenarios van en función de los costos que represente la reparación, en su caso, para saber con qué tanta profundidad podremos trabajar”, se explicó desde la oficina del Ayuntamiento.
Como le hemos informado, el presupuesto de egresos del municipio no considera ninguna partida presupuestal para esta obra en específico, al respecto, desde el municipio se explicó “el monto para su intervención es indeterminado, en este momento es impensable señalar un costo sobre el tema del paso deprimido, y estaremos muy pendientes de la solución”.
Por el momento, la alcaldía se ha limitado a proporcionar al Colegio de Ingenieros información correspondiente a los diagnósticos y análisis técnicos relativos a la vialidad, asimismo es la dirección de Obras Públicas la encargada de los acercamientos con los ingenieros, porque los escenarios serán en función de los diferentes escenarios que haya, junto con el presupuesto correspondiente.
Lo que para el municipio es “una prioridad”, ayer cumplió tres meses cerrado al tránsito de automotores, según se dijo:
“Es un tema tan delicado que debemos tratarlo con mucha responsabilidad y cuidado porque es un tema técnico y presupuestal, no solo es reparar o cancelar, sino de dar una alternativa”.
A menos de 8 meses para que concluya la actual administración, las autoridades municipales consideran que sí concluirán con la reparación de esta vía. Con la inminente entrega del dictamen que definiría el futuro de esta vialidad, la incógnita permanece, lo que continúa es la generación de algas en el agua estancada, afectando consistentemente la movilidad de la zona.
Como se recordará, desde su construcción “la obra tuvo detalles”, a partir de su apertura, en 2012, esta arteria ha significado un gasto constante para la comuna mayor a 76.6 millones de pesos, a la fecha. En 8 años se ha reparado en 7 ocasiones, cuando una obra de este tipo debería tener una vida útil de al menos 20 años sin intervención alguna.