La apicultura después de enfrentar un duro revés en el año 2020, cuando los fenómenos naturales inundaron la mayor parte del Oriente de Yucatán y se perdió hasta en un 70 por ciento de las colmenas ese año, la recuperación ha sido lenta; se dejó de captar el mismo porcentaje de la miel, en este año 2021 el precio del dulce superó los precios de años anteriores, lo que animó a varios apicultores que perdieron la mayoría de sus colmenas o la totalidad sus apiarios a retomar nuevamente a la actividad; hoy se esperan buenas expectativas para el año 2022, señaló Norberto Tamayo Escamilla, representante de la una empresa Maya Honey y Javier Efraín Cuxim, responsable de la planta de captación U´cabi Bojón S. C. de R. L.
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Norberto Tamayo explico que se perdieron por la inundación más del 70 por ciento de las colmenas, un promedio de 3 mil colmenas sólo los productores que recurren a la empresa que representa. Dijo que este año apenas están en una etapa de recuperación, aún no se alcanza el número de colmenas que tenían, que en 2021 la floración facilitó que los productores pudieran animarse y empezar a recuperar sus apiarios, que la situación está critica porque la mayoría de los apicultores aún no recuperan al cien por ciento sus colonias, por ejemplo, Norberto Tamayo Escamilla contaba con 300 colonias, después de las inundaciones se quedó con 72 y ahora ha recuperado 132 colonias; los productores esperan que con la floración del tajonal que se avecina van a estar haciendo las divisiones correspondientes a fin de recuperarse poco a poco.
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En la captación reveló que apenas se captó entre un 30 y 40 por ciento, en Maya Honey se logró captar solamente 120 tambores de 300 kilogramos cada uno. El entrevistado mencionó que la apicultura tuvo su primer golpe en el año 2008 también causado por fenómenos naturales; en el 2011 hubo abundante floración y se lograba captar de 500 a 600 tambores, de ahí bajó drásticamente hasta que en el año 2020 los fenómenos naturales dieron un duro revés a esta actividad, lo único que los salvó en este año fue el precio que superó los 50 a 52 y la miel orgánica hasta en 55 pesos con 19 grados de humedad.
Explicó que el mes más crítico fue noviembre debido a la falta de floración; en el 2022 existe buena expectativa, reveló Tamayo Escamilla, porque ya viene la floración del tajonal.
Javier Efraín Cuxim, responsable de la planta de captación U´cabi Bojón S. C. de R. L, dijo que tienen muy buena expectativa en al año que está en puerta, pues la floración del tajonal podría darle un buen impulso a la actividad apícola, que ha registrado una baja drástica en el número de apiarios y de apicultores que ya no se dedican a esta actividad desde que lo perdieron todo con las inundaciones del 2020.
En el mes de octubre dejamos de alimentar y en noviembre empezamos con las primeras limpiezas; empieza la temporada fuerte que está en puerta, este año no puedo decir que nos fue bien por la temporada de huracanes que afectaron gravemente la apicultura con pérdidas del más del 50 por ciento y hay apicultores que lo perdieron todo; la poca floración permitió recuperar este año una cuarta parte de lo perdido y al no haber suficiente floración, tampoco tenemos bastante colmenas como antes, por lo que estuvo muy crítico; si se hace un balance sólo logramos captar cuando mucho un 50 por ciento, en esta planta se captó un aproximado de 100 toneladas y fue muy bajo. El precio vino a dar aliento a los apicultores, ya que el que tenía cinco colmenas se esforzaba en llegar a 10 y así sucesivamente, el precio motivó al apicultor a reactivar sus apiarios, sin embargo, no se ha logrado en todo.
Del 50 por ciento que quedó de las colmenas, hemos aumentado como un 20 por ciento más de lo que se perdió, pero aún no es un 100 por ciento.
Refirió que el precio de la miel es bastante atractivo, 51 pesos por kilogramo de la miel convencional, que en años anteriores era el mejor precio al final de la temporada de cosechas, en los meses de abril y mayo cuando repunta el valor, pero en esta ocasión hemos iniciado con este precio, a pesar de que estamos en limpieza, y esto ha orillado a que más personas retomen con más ánimo la actividad.
Además, explicó que la apicultura es una actividad de riesgo, y en este trance se mide quién es buen apicultor, además dijo que visualiza un buen año, buen precio, lo que también visualizan los exportadores, además hay una demanda de consumo de miel por familia, que consumían menos de un kilogramo al año, y ascendió a tres y cuatro kilos; también el precio del dulce que había caído a 18 pesos, luego subió a 59.
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CC