Después de las vacaciones de Pascua, en la que los carniceros de la localidad aseguran haber disminuido sus ventas hasta en un 70 por ciento, debido a la vigilia que acostumbra hacer en esas fechas la población de no consumir carnes rojas, los comerciantes de este giro vuelven al ritmo acostumbrado.
Durante el mes de marzo y principios de abril, la crisis económica fue devastadora para las carnicerías, ya que debido a la Cuaresma y la Semana Santa las ventas se desplomaron en sus negocios, por lo que muchos se vieron en la necesidad de cerrar sus puestos, pues indicaron que les generaba más pérdidas que ganancias.
Andrés Mena dijo que “mi negocio no es grande y no vendo ni frutas ni verduras, únicamente carne de puerco y de res, y uno que otro embutido. Cada año en Semana Santa las ventas bajan muchísimo, pero sí había gente que venía, compraba y sacaba lo del día, pero me imagino que, por la pandemia, si ya de por sí no compraban mucho, de plano ya sólo venían una o dos personas al día, y no me convenía. Así que decidí cerrar unos días, pues gastaba luz, agua y demás, y nada de ganancia”.
“Doy gracias a que ya terminó la Pascua, nos fue remal el mes pasado, pero gracias a Dios las ventas en estos últimos días han ido mejorando y no estamos padeciendo como en semanas anteriores que sí nos vimos bien apretados”, comentó Ignacio Mis.
Los comerciantes aseguran haber incrementado sus ventas en lo que va de la semana hasta en un 50 por ciento en comparación con los primeros días del mes, por lo que se prevé que la carne de cerdo no aumente sus precios hasta el mes de mayo.
“Hemos tenido en estos días, después de la Semana Santa, hasta el triple de ganancias que en el mes de marzo y, según nos dicen los proveedores, no habrá un incremento a corto plazo en los precios y nosotros tampoco le subiremos para que nuestra clientela no se moleste, sabemos que la situación está difícil y lo que menos queremos es incrementar los costos, pero a veces no depende de nosotros, sino de quién nos surte”, dijo Armando Cauich.