Efraín Eric Poot Capetillo, académico del Centro de Investigaciones Regionales (CIR) “Dr. Hideyo Noguchi”, opinó que las manifestaciones que, en los últimos años se han hecho más frecuentes y agitadas en Mérida, son “el reflejo de la complejidad” que alcanzó la propia sociedad yucateca y del despertar ciudadano.
El profesor de ciencias políticas describió a los yucatecos como una población que mantiene “muchos signos de cerrazón” y es “conservadora en gran medida”, la cual está aprendiendo a convivir con otro tipo de situaciones que se dan por el propio crecimiento de la población y el avance de carácter educativo de las personas.
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“Las movilizaciones sociales siempre van a ser intensas, con reclamos en diversos tonos, desde los moderados hasta los más radicales. Pero a la autoridad le debe ocupar cómo canalizar esos ímpetus, por supuesto, evitando a cualquier costa y costo, la confrontación o el uso desmedido de la fuerza pública”, dijo el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Reinvindicación
Poot Capetillo señaló que dichos movimientos no solamente responden a “un despertar ciudadano”, sino también a la diversificación de los sectores sociales, así como la reivindicación de los mismos grupos, que cada vez se vuelven más exigentes en cuanto a sus garantías individuales y colectivas, situación que no existía cuando Mérida era más pequeña y más homogénea.
“Indudablemente son totalmente legítimas. Lo que ocurre es que en sociedades como la nuestra, que son bastante ordenadas, cerradas y autoritarias, en la que también hay muchas instituciones socioculturales de carácter autoritario, (manifestaciones como las del pasado domingo 8 de agosto) terminan sacudiendo a toda la sociedad”, señaló el acacémico.
“Esos reclamos son precisamente solicitando el reconocimiento de los nuevos derechos y por supuesto también, en los últimos años se ha avanzado mucho en la cuestión de la transparencia, de la exigencia de justicia y durante los últimos 30 años, a nivel mundial la sociedad se involucra cada vez más en los asuntos que son de carácter público”, agregó.
De igual forma, Poot Capetillo indicó que, durante los últimos 10 años, en Yucatán se ha dado “una multiplicación de organizaciones sociales”, las cuales también impulsan discursos grupales que se convierten en demandas colectivas.
“Antes se podían contar con los dedos de una mano a las organizaciones sociales, pero ahora han surgido un sinnúmero de ellas y muchas veces estas agrupaciones también forman parte de movimientos más amplios”, expuso el investigador del Hideyo Noguchi.
Distintas ramificaciones
En ese sentido, ejemplificó que las organizaciones y movilizaciones en nombre del feminismo, pueden tomar distintas ramificaciones, en donde algunas vertientes exigen derechos políticos, electorales y humanos, así como otras libertades más específicas, como la interrupción legal del embarazo.
“Aunque convergen en reclamos generales, cada una de estas vertientes tiene una agenda de carácter muy particular y eso también implica que, por ejemplo, con las manifestaciones en contra de la violencia de género, han alcanzado ese tono que para algunos miembros de la sociedad les parece que rompe con el orden y la disciplina, sin embargo es una manera que no debe condenarse, (ya que) simple y sencillamente es una forma de llamar la atención”, expresó el académico de la UADY.
Finalmente, Poot Capetillo refirió que en un mundo globalizado se ha comprobado que, sólo a través de este tipo de movilizaciones, las autoridades adaptan su agenda a las demandas de la población, por lo que en este momento es responsabilidad del gobierno ser sensible al mensaje que le envían los yucatecos y atender dichas peticiones.
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“Si no hay mucha sensibilidad y sin un diagnóstico acerca del mismo, siempre van a resultar insatisfechas esas demandas y, claro que, es la sociedad la que siempre va a reclamar. Habrá quienes estén a favor o en contra, pero hay que tener una mentalidad lo suficientemente amplia para entender que estas no son más que formas en las que se expresan las necesidades de una sociedad”, concluyó el académico de la UADY.
GH