Grupo Xcaret quiso engañar a las autoridades ambientales federales. El consorcio turístico gestionó permisos para la construcción de su parque Xibalbá en dos ocasiones. En 2020 se comprometió a no afectar con la construcción el ecosistema ni los cuerpos de agua de la región; en 2021, en una nueva Manifestación de Impacto Ambiental, reconocieron que se había violado la naturaleza de ocho cenotes en las comunidades de Yacolbá, X-tut y Sisbichén en Valladolid, Yucatán.
La compañía no reportó varias obras dentro y fuera de los cenotes que implicaban instalación de luces y cables eléctricos, estatuas, barrenación de cuerpos de laja y hasta proyección de un espectáculo de imágenes dentro de una caverna.
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DiarioPor Esto! tuvo acceso a los documentos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) donde se específica la experiencia artificial que la familia Quintana Pali y sus asociados, los Constandse, quiso hacer con estas formaciones cavernosas que identifican a la Península de Yucatán.
El parque Xibalbá (palabra del quiché que significa “lugar oculto” y que en la mitología maya es un símil al infierno) comenzó a ser construido a finales de 2020 por la empresa Xenotes Mágicos, S.A. de C.V. y constituida por los socios Miguel Quintana Pali (fundador del grupo empresarial y socio mayoritario de la empresa), Luis Miguel Quintana Morones y David Pali Quintana Morones.
Xenotes Mágicos fue registrada el 12 de mayo de 2010 en Cancún, Quintana Roo por el notario Luis Miguel Cámara Patrón. La empresa está concebida para “la administración, operación, supervisión, prestación, intermediación, comercialización y control de toda clase hoteles, condominios, tiempos compartidos, restaurantes, cafeterías, bares y centros nocturnos o comerciales; la prestación, intermediación y/o contratación de toda clase de servicios turísticos”.
Xibalbá, del ecoturismo a la experiencia artificial
En una primera presentación de octubre de 2020, Grupo Xcaret solicitó un permiso ante la autoridad ambiental y presentó una Manifestación de Impacto Ambiental para construir caminos complementarios a un “complejo nuevo ecoturístico” ubicado en el municipio de Valladolid y que conectaría a los turistas de Mérida con los de Cancún, Quintana Roo.
La Semarnat aprobó este proyecto que solo contemplaba construcciones pequeñas y estaba enfocado en experiencias de contacto con la naturaleza en dos fases del parque Xibalbá I y Xibalbá II. Los empresarios habían planteado, como la construcción más gravosa, un camino que conectaría a los dos predios del complejo.
La empresa prometió: “Este desarrollo ecoturístico se propone solventar estas deficiencias mediante el trazo de senderos, rampas, túneles y canales ad hoc, generando las condiciones que permitan este acceso a prácticamente cualquier persona sin importar su edad o condición física, sin que las obras y/o las actividades redunden en perjuicio para los recursos naturales ahí presentes (...)”.
La inversión reconocida, para ese entonces, era de sólo dos millones 700 mil pesos y un bono anual de 250 mil pesos para la remediación de los daños ambientales. Sin embargo, en la presentación pública del proyecto, la familia Quintana había referido una inversión de mil millones de pesos.
Dentro del oficio número 736.4/UGA-0843/001389 la delegación federal de la Semarnat aprobó el proyecto y le solicitaba a Xenotes Mágicos, S.A. de C.V. que tenía prohibido “construir dentro de las áreas de conservación (…) y realizar construcción u ocupación mayor a 4.9 hectáreas”; así como las labores de recolección de desechos y mantenimiento ecológico del terreno.
En la Manifestación de Impacto Ambiental, Xenotes Mágicos se comprometía a que en el desarrollo turístico “no se afectarán cuerpos de agua, ni cenotes ni grutas o cuevas”.
El compromiso duró poco.
Un año después, en octubre de 2021, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), clausuró el complejo turístico por varias obras que no fueron reportadas en la MIA original.
Entre varias situaciones que impactaban al medio ambiente, la Profepa identificó que el parque propiedad de Xcaret estaba barrenando laja calcárea (propia de los cenotes) hasta llegar al manto freático, apertura de canales de navegación, instalaciones eléctricas y utilización de cemento y piedra distinta a la originaria de la región.
En la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, la funcionaria Ana Elizabeth García Vilchis, directora de Redes de la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería de Presidencia, confirmó que este parque está clausurado por las autoridades medioambientales.
“La obra está clausurada, como ya vimos. El Grupo Xcaret anunció que el proyecto ecoturístico Xibalbá abrirá sus puertas a finales de 2022. El principal atractivo de Xibalbá es un circuito de ocho cenotes que se recorre en varias horas a lo largo del canal artificial”, declaró García Vilchis.
Los ocho cenotes de Xibalbá
Dentro de un segundo documento de Manifestación de Impacto Ambiental, Xenotes Mágicos, S.A. de C.V. reconoce que las obras internas fueron sancionadas por Profepa, pero no aclara que estas no fueron declaradas en los permisos originales.
Grupo Xcaret dañó ocho cenotes ubicados en un predio de 400 hectáreas de Valladolid, Yucatán. Se trata de los cenotes 3 Bocas, Zopilotes, Estalagmitas, 3 Labios, Guayas, Vaquería, Pastizales y Pilón.
Dentro del documento, los asesores ambientales de Xcaret minimizaron el área dañada comparándola con la extensión total del predio; comparación desproporcionada.
“El proyecto tiene una superficie total de 400.946 ha, de las cuales se requirieron 4.422 ha (44,218.00 m²), para las obras que fueron sancionadas y observadas por la PROFEPA, lo que representa 1.10 % con respecto a la superficie total del predio. (…) La superficie total de afectación de las obras, considerando las obras sancionadas, las obras existentes, necesarias para la operación del proyecto, y las obras nuevas, será de 8.050 ha, lo que representa el 2.00% de la superficie total del predio”, dice el documento.
El parque Xibalbá intentaba presentar un ecosistema artificial con la construcción de pasillos de piedra y cemento que fungirían como andadores externos; túneles internos de 1.2 hasta los 8 metros de anchos hechos de “armado con malla de acero electrosoldada y con acabado rústico o martelinado (granulado) o bien grava”.
Además de plataformas de contemplación/descanso “conformadas a base de piedra caliza excavada en sitio por medios mecánicos (martillos neumáticos)”; terrazas, escaleras y terrazas voladas donde se pretendía dar servicio de restaurante.
En el Cenote Tres Bocas grupo Xcaret construyó plataformas y terrazas de descanso. Además, instalaron un sistema de “videomaping”, con sonido, audio, video, iluminación subacuática y en pasillos.
Dentro del Cenote Zopilote se hicieron baños, tienda, taquilla, caminos internos de cemento y piedra. En el agua también construyeron una tienda acuática.
Para el Cenote Estalagmitas, que fungiría como pequeño pueblo artificial, construyeron un área de descanso/contemplación. Dentro del cuerpo cavernoso se instalaron estatuas artificiales que tendrían cerca un sistema de audio y video y un área de fotografía para los turistas.
Un sistema de acceso, adornos artificiales con motivos mayas, zona de iluminación es lo que se estaba instalando dentro del Cenote Guayas. En el Vaquerías se destruyó parte de las paredes para poder instalar una zona de acceso y un restaurante buffet.
“En el interior del Cenote se incorporará para espectáculos una plataforma flotante de acero galvanizado de 12x8 m aproximadamente, conformada por un sistema de flotación tipo catamarán de fibra de vidrio. También se incorporará al cenote sistema de video, audio e iluminación (subacuática y sobre los pasillos), puntos de toma fotográfica, decoraciones monumentales”, agrega la MIA.
En los Cenotes Pastizales y Pilón se construirían obras de acceso y en este último habría fosos de agua pluvial para evitar inundaciones.
En los ocho cuerpos de agua se intentaba instalar los famosos túneles para un “recorrido en kayaks” muy parecido a lo que existe en el Hotel Xcaret de Playa del Carmen, en Quintana Roo.
Además de lo ya señalado, Grupo Xcaret intentó reconstruir “con muros de bahareque, piedra, carrizo, block y acabado con embarre de zacate, cubiertas de palma con viguería de madera” un pueblo maya y, muy cerca de ahí, una reconstrucción de un armón basado en las haciendas henequeneras y un área de capilla católica.
En el expediente de la Semarnat, desde el 18 de marzo de este año, la obra aparece como suspendida por solicitud de “calidad de datos”. Para este 28 de abril, la obra ya ha sido señalada por el ecocidio generado y suspendida por segunda ocasión.
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jram