Pescadores a bordo de sus embarcaciones observaron a unas 25 millas de los puertos El Cuyo y Las Coloradas un nuevo manchón que pudiera tratarse de marea roja, por lo que la preocupación nuevamente se apoderó de las familias que dependen de la pesca, pues con el paso de este fenómeno mejoró un poco la captura de diferentes especies que recalaron; sin embargo, la situación otra vez se desplomó.
Se supo que barcos que surcaron mar afuera en busca de pulpo alertaron por medio de las radios de comunicación de la presencia de un manchón frente a las costas de El Cuyo y Las Coloradas, pues aseguraron que podría tratarse de un remanente de la marea roja que aún permanece en el océano.
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La presencia de este fenómeno puede empeorar la dura situación que actualmente enfrentan los hombres de mar con las bajas capturas de pulpo, langosta y mero y el bajo precio en las que se adquieren, porque en la primera ocasión que la marea roja pasó por las costas de los puertos del Litoral Oriente, permitió que las diferentes especies, en especial la langosta, recalaran propiciando buena captura durante dos semanas, pero nuevamente se desplomó. La temporada de pulpo, aunque se pensaba que iniciaría con buenos números, también resultó afectada y se registraron capturas muy bajas, en cuanto al mero tuvieron un leve respiro, pero luego cayó drásticamente, al grado de que llegó a ser nula.
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Jessy Mandujano, habitante de El Cuyo, comentó que a pesar del aviso por la proximidad de la marea roja, los vientos no están a favor para que se pegue a la costa, porque está soplando mar a adentro y esta puede alejarse, pero debido al clima cambiante puede revertirse y afectar gravemente como pasó en otros puertos de la costa yucateca.
Varios pescadores insisten en que es un remanente de la marea que afectó en agosto a la región.
A pesar de que las capturas de distintas especies están muy bajas, varias cooperativas están comprando el kilogramo de pulpo grande a 110 pesos; el mediano de 65 a 75 pesos; la langosta, que en un principio se cotizó en 950 pesos, luego bajó de manera drástica cotizándose en 700 pesos el kilogramo de colas; “la pesca del mero es nula”, aseguraron los pescadores.
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CC