Ante la falta de acuerdos con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ejidatarios de Telchaquillo, comisaría de Tecoh, cerraron desde temprana hora la carretera que conduce al sitio prehispánico de Mayapán, para exigir a la institución el pago del cinco por ciento de los derechos de cobro por el acceso al lugar.
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El comisario ejidal de Telchaquillo, Russell Gregorio García Ávila, señaló que, desde hace más de 40 años, el INAH ha explotado el sitio sin que la comunidad reciba recurso alguno, por lo que en asamblea ejidal acordaron por unanimidad el cierre del tramo hasta que les resuelvan su pliego petitorio.
“Antes de llegar a esta determinación, en diversas ocasiones se intentó sin éxito establecer un diálogo con la delegada del INAH en Yucatán, Ana Goycoolea Artis”, acotó al reprobar la actitud de la funcionaria, ya que se niega a llegar a un acuerdo. Explicó que la zona arqueológica de Mayapán abarca un área de 19 hectáreas que le pertenecen al ejido.
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Por el cierre de la carretera federal Mérida-Chetumal, elementos de la Guardia Nacional (GN) estuvieron pendientes de la situación, al igual que un funcionario de la Secretaría de Gobernación, quien intentó hablar con los ejidatarios, por lo que estos decidieron mantener el plantón hasta llegar a un acuerdo.
García Ávila precisó que según el artículo 288-G de la Ley Federal de Derechos, los municipios podrán tener acceso al cinco por ciento de los recursos que les corresponden al INAH, INBA y Conaculta, siempre y cuando se tenga celebrado un convenio y que el derecho que se genere sea aplicado en obras de infraestructura y seguridad de las zonas del Patrimonio Cultural de la Nación.
Tan sólo en 2022, a Mayapán ingresaron 56 mil 909 personas, la cifra más alta en 13 años, con un costo de acceso de 65 pesos, por lo que el monto obtenido osciló en 3.7 millones de pesos, del cual, el cinco por ciento representa 185 mil pesos. Actualmente, el costo de ingreso es de 70 pesos,
Explicó que el ejido de Telchaquillo consta de 287 campesinos y actualmente tienen más de 4 mil hectáreas de uso común.
A su vez, el excomisario ejidal, Eliseo Armando Pat González, denunció que el INAH ha sustraído de Mayapán diversas piezas prehispánicas, en lugar de dejarlas en la comisaría de Telchaquillo para la apertura de un museo.
De acuerdo con investigadores del INAH, Mayapán fue la última gran urbe de la antigua civilización maya. Se trata de una ciudad amurallada que se construyó a semejanza de Chichén Itzá, la cual ya había caído cuando Mayapán alcanzó su auge, debido a esto, muchos de sus edificios más importantes se parecen a los que se pueden encontrar en la casa de los itzáes, como es el caso de la estructura piramidal de El Castillo.
Asimismo, fue sede de la Liga de Mayapán, una alianza formada por Uxmal, Chichén Itzá y la ciudad anfitriona, aunque para algunos investigadores esta es sólo una leyenda, ya que hay estudios arqueológicos que demuestran que tanto Uxmal como Chichén estaban abandonadas durante la época en la que Mayapán dominó la región.
Mayapán, en lengua maya yucateca, deriva de los vocablos: Mayab, que corresponde al nombre de la Península de Yucatán que tenía antes de la Conquista; ma’ se refiere la negativa no; ya’ab, mucho, bastante, abundante y pan que significa bandera, estandarte o pendón, lo que al parecer se traduce como: la bandera de los mayas.
La ciudad es considerada la última gran capital de la antigua civilización maya. A sólo 45 minutos de Mérida, esta zona arqueológica revela pistas y secretos de la fase final del esplendor de la cultura prehispánica que dominó en la Península de Yucatán durante milenios.
El sitio prehispánico funcionó como capital del Norte de Yucatán entre los años 1200 y 1450, sostuvo relaciones con los pueblos del centro de México y llegó a ser muy próspera. Unos 40 años antes de las primeras expediciones europeas a Mesoamérica la ciudad fue abandonada.
El declive de Mayapán marca también el final del Posclásico. Aunque existieron otras ciudades mayas después de este periodo, eran asentamientos más modestos y aislados. Después de Mayapán, no volvió a surgir una gran capital como la de antaño. El conocimiento ancestral de la civilización maya se terminó de diluir con la Conquista.
El también llamado el último pendón de los mayas fue construido a imagen y semejanza de Chichén Itzá. Los cocomes, como se le conoce al grupo que edificó la ciudad, tomaron inspiración de los edificios como El Castillo y el Templo Redondo.
El primero es una estructura piramidal muy parecida al templo del mismo Dios que se encuentra en Chichén Itzá, incluso reprodujeron la ilusión óptica de la serpiente que desciende en el solsticio. El segundo es un edificio muy similar al llamado Observatorio de Chichén, aunque con proporciones distintas.
Sin embargo, también es evidente la influencia de los pueblos del centro de México en la arquitectura y cultura de Mayapán. En algunas columnas se observan guerreros toltecas tallados. Los murales en la Sala de los Frescos muestran un culto a la muerte propio del Altiplano.
Además de edificios cívicos, administrativos y religiosos, la zona incluye algunas residencias de gobernantes.
Tal vez lo más fascinante de Mayapán es el hecho de que ni el arte ni la ingeniería están al nivel de las legendarias capitales mayas. Esta ciudad es el último esbozo de grandeza de una cultura que comenzaba a olvidarse a sí misma. Recorrerla es presenciar cientos de años después, el inicio del fin.
Las investigaciones en Mayapán se han enfocado en aproximadamente 57 estructuras de la Plaza Central, donde sus características arquitectónicas son una evidente muestra de la fuerte influencia del estilo de construcción de Chichén Itzá, como en la Pirámide de Kukulkán y el Observatorio.
En este sitio se han recuperado diversos materiales arqueológicos como objetos cerámicos, pinturas murales, esculturas en estuco, que arrojan nueva luz sobre la historia de esta importante ciudad maya.
Mayapán fue destruida, quemada y abandonada a mitad del siglo XV. Una de las hipótesis que trata de explicar porqué ocurrió esto, fue que la población comenzó a darse cuenta de que los dignatarios no eran enviados por dioses para reinar, principalmente porque el pueblo esperaba que los sacerdotes solucionaran las largas sequías.
Al pasar el tiempo y al ver que en realidad no tenían ese contacto directo con el Dios Chaac para hacer llover, fue cuando el pueblo Maya comenzó a revelarse y disiparse abandonando las grandes ciudades y creando pequeñas comunidades.
Según el Atlas Arqueológico de Yucatán, en la Entidad hay poco más de 2 mil sitios prehispánicos, de los cuales sólo 17 están abiertos al público, todos ellos distribuidos en 11 municipios, específicamente Acanceh, Dzemul, Izamal, Maxcanú, Mérida, Oxkutzcab, Santa Elena, Tecoh, Tekax, Temozón y Tixkokob.
Hasta el momento, sólo Tinum ha efectuado el trámite, por lo que mensualmente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) le entrega la parte correspondiente al cinco por ciento.
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LV