Los manglares en los puertos de San Felipe, Río Lagartos, Las Coloradas y El Cuyo son las zonas más afectadas por el crecimiento urbano, pues hay varias hectáreas devastadas con el afán de que los habitantes tengan un espacio para vivir.
En varios de los hogares habitan de dos hasta cinco familias y como no hay dónde seguir construyendo, se recurre a la tala del manglar, lo cual resulta contraproducente al dejar sin protección a las poblaciones ante fenómenos hidrometeorológicos como los huracanes, además de afectar gravemente la flora y fauna.
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La costumbre de los pobladores de no respetar la dotación original estipulada de tierras, adquiere niveles preocupantes debido a que se trata de un área contigua a una superficie de vital importancia, como lo es la zona de anidación del flamenco rosa, cuyo hábitat se ve amenazado ante el crecimiento de la mancha urbana, manifestó el biólogo ambiental Julio Rojas.
El manglar es un tipo de vegetación arbóreo que se desarrolla en aguas salinas y salobres, cubre grandes extensiones especialmente en las ciénagas, donde penetran las aguas del mar. En la zona se encuentran dos tipos de mangle: el manglar de franja y el achaparrado.
El manglar de franja se presenta en el borde del canal, en la desembocadura de la ría, en el Sur y Sureste de la ciénaga. Este tipo de vegetación se encuentra permanentemente inundado por agua salada. Es una comunidad muy densa, con una altura promedio de 10 metros. Las especies más comunes son rhizophora mangle, avicenniagerminans y conocarpus erectus. Menos abundante también se encuentra el mangle blanco (laguncularia racemosa). Esta vegetación resulta muy importante para el mantenimiento de la productividad de la laguna.
El manglar achaparrado se presenta en medios muy extremosos, con altos niveles de salinidad, suelos muy pobres, vientos fuertes e inundación constante.
Está constituido por las mismas especies de manglares, sin embargo, aquí se presentan numerosas especies de cyperaceas que se entremezclan con ellos. Su característica distintiva es la altura, la cual apenas llega de uno a dos metros. Este tipo de vegetación se presenta principalmente en la porción más oriental de la Reserva y al Sur de la laguna, en las cercanías con la población de Río Lagartos. Al menos se ha afectado unas 20 hectáreas en los últimos años en ambos puertos.
Estos sistemas promueven el incremento en la diversidad de plantas y animales que se ve seriamente amenazada por la acción del hombre ante la desesperación de tener un espacio dónde vivir.
La Reserva de la Biosfera Ría Lagartos se conforma por poblaciones ubicadas en tres municipios: San Felipe, Río Lagartos y Tizimín. La composición demográfica de las comunidades de la Reserva presenta una población en constante movimiento, debido a las diferentes tasas de crecimiento que la zona ha experimentado en los últimos 30 años.
La migración en las comunidades de San Felipe, Río Lagartos y Las Coloradas es muy alta y afecta su crecimiento poblacional. El origen de esa población es de las siguientes comunidades: Panabá, Tizimín, Motul y Mérida. El motivo es la búsqueda de trabajo.
En el caso de El Cuyo se da en los últimos años altos índices de migración, ocasionados por los permisionarios de pesca que ofertan sus embarcaciones con el fin de aprovechar las temporadas de captura de especies de alto valor comercial. Lo anterior ha originado en esta comunidad un porcentaje considerable de población flotante y problemas de integración a las costumbres de los lugareños.
En la actualidad la tendencia de los jóvenes es emigrar para continuar con la preparación escolar, pero al igual el puerto cuenta actualmente con población extranjera. Se habla de al menos 200 familias de varias nacionalidades.
Las tasas de crecimiento poblacional de las comunidades tienen en la actualidad parámetros de crecimiento acelerado y la urgente necesidad de terrenos para construir una vivienda, después de un significativo movimiento migratorio en las décadas de los 70 y 80, a partir de la promoción hacia la labor pesquera para emplear a los campesinos, que se vieron afectados por la disminución de la actividad henequenera. Esto hizo que la población crezca a pasos agigantados.
Tenencia de la tierra
El decreto Presidencial de 1979 en el que se crea el Refugio faunístico de Ría Lagartos, no define ni específica la situación legal de la tenencia de la tierra, sólo es declaratorio porque nunca se mencionó a quién pertenecían esos terrenos o si habría indemnización por parte del Gobierno. Tampoco se hizo la solicitud de expropiación de las áreas pertenecientes a la Reserva.
En el sitio existen seis tipos de regímenes de propiedad, propiedad privada (7,510 hectáreas), terrenos nacionales (16,837 ha), dotación ejidal (22,315 ha), Zona Federal Marítimo-Terrestre (480 ha) y Zona Federal concesionada para la producción de sal (5,000 ha). El área situada al Sur del estero son terrenos de la Federación. En El Cuyo, San Felipe y Río Lagartos existen terrenos ejidales.
El poblado de Las Coloradas se originó cuando el señor Roger Roche Díaz les otorgó a los trabajadores de la compañía Salinera terreno y vivienda.
Por su parte, la Procuraduría Agraria lleva a cabo el programa de certificación de derechos en el ejido de El Cuyo. Lo anterior sumado a la costumbre existente por parte de los beneficiarios de no respetar la dotación original estipulada, adquiere niveles preocupantes debido a que es un área contigua a una zona de vital importancia, la de anidación del flamenco rosa.
En algunos terrenos se han establecido nuevos centros de población ejidal, que por decreto presidencial (expedido en diferentes fechas) concede su creación: San Francisco, San Salvador, La Laguna, Santa Rosa Concepción, Nuevo Tekal y Nuevo Mundo.
En este sentido, es pertinente observar que algunos de estos nuevos centros de población ejidal, lo son sólo en papel, ya que nunca fueron ocupados por los promoventes por las características propias de dichas tierras. Mención específica merece el caso de la zona denominada como Petén Tucha, que posee gran valor ecológico por su biodiversidad. Dicho sitio está situado en interior de un polígono decretado para la creación de un nuevo poblado ejidal.
La falta histórica en la definición de los límites físicos de la Reserva ha propiciado la práctica común de vender terrenos ejidales a particulares y la cesión de superficies nacionales a éstos.
Las playas y duna costera mejor conservadas al interior de la Reserva de Ría Lagartos están en aquellos terrenos de propiedad privada a diferencia del área urbanizada donde se nota una devastación preocupante de los recursos naturales.
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AA