Yucatán

UADY y la Semarnat se unen para frenar a las granjas de Kekén y el despojo de tierras en Yucatán

El programa realizado por la UADY y la Semarnat busca crear un ordenamiento ecológico por la contaminación de las granjas de Kekén
En Ixil se tendrá un programa de Ordenamiento Ecológico elaborado por la UADY y la Semarnat / Francisco Martín

El municipio de Ixil contará en breve con un programa de Ordenamiento Ecológico elaborado por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (Semarnat), para frenar el despojo de tierras y recursos naturales como cenotes por parte empresas inmobiliarias, así como la contaminación de las tierras por parte de las megagranjas de Kekén.

Lo anterior se informó en una reunión que se llevó a cabo en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, donde las comunidades de Ixil y Kinchil juntaron sus voces para denunciar el despojo de tierras y contaminación de recursos naturales por parte de empresas inmobiliarias y las megagranjas de Kekén.

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María Teresa Munguía Gil, profesora de la UADY, señaló que dicha institución estará facilitando la elaboración del programa de Ordenamiento Ecológico Local Participativo de Ixil, con apoyo y respaldo institucional de la Semarnat.

“Esto servirá como herramienta para detener la especulación de intereses inmobiliarios y autoridades coludidas con el despojo, así como para frenar la explotación ilegal de las tierras y recursos naturales de Ixil”, recalcó.

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Luis David Quijano Pool, excomisariado ejidal de la comunidad, recordó que el 4 de agosto de 2022 empleados de Abimerhi y Millet intentaron ocupar de forma ilegal una superficie de 324 hectáreas de uso común ante la pasividad de las autoridades municipales. El pueblo se unió y detuvo la invasión, pero los trabajadores de estas personas siguen viniendo a volar drones para hacer estudios, a menudo en la noche o la madrugada, por lo que los habitantes piden a la Comuna que les impida la entrada.

A su vez, Karla Yassenia Flores Arasola, vecina de la localidad, agregó: “Hay varias empresas inmobiliarias vendiendo lotes en Ixil, violando las leyes ambientales. Ya logramos cancelar uno de estos desarrollos inmobiliarios llamado Aludra a través de una denuncia a la Profepa, y presentaremos nuevas denuncias contra otros desarrollos ubicados en nuestro municipio, como Terrakún y Cedrón. Hemos pedido información a la Semarnat, donde nos confirmaron que ningún desarrollo inmobiliario en Ixil cuenta con autorización ambiental”.

Mercedes Cocom Noriega, ejidataria, señaló que la alcaldesa Sandra Guadalupe Tec Yam parece ser cómplice de los despojos de tierra y proyectos ilegales: “Nunca nos han informado de los permisos o autorizaciones municipales que han otorgado, pese a habérselo solicitado por escrito en numerosas ocasiones. Además, permite que se traiga a Ixil la basura de otros municipios como Conkal, y también basura hospitalaria que contamina nuestra agua subterránea y supone un grave riesgo para la salud de la comunidad”.

En el evento hubo habitantes de Kinchil que alzaron la voz, como la Cooperativa de Jóvenes Mayas que denunció el despojo de cenote Xelactún por parte de Cuauhtémoc Ayala Arzapalo, ajeno a la comunidad, y pese a que se trata de tierras ejidales de uso común esto ha resultado en el cierre del ojo de agua, lo cual es lamentable, sobre todo porque el INPI apoyó a la cooperativa con más de un millón de pesos para un proyecto de ecoturismo que ya estaba funcionando.

A su vez, Federico de Jesús May Cuitún, productor de chile habanero orgánico de Kinchil, denunció que los empresarios Armando Ceballos Chávez y Rodrigo Vega Espinosa les pretenden despojar casi 5 mil hectáreas, con la complicidad de las autoridades ejidales de Tetiz.

María Modesta Canul Chuil, sobrina-bisnieta de la histórica luchadora maya Felipa Poot y representante de las familias posesionarias de las 5 mil hectáreas que pretenden despojar, señaló: “Numerosas actividades productivas están amenazadas por este empresario que quiere quitarnos las tierras. Yo me dedico a la apicultura, a la pequeña ganadería y a la pizca de orégano. En esa área también se cultiva pitahaya y cítricos, de lo que dependen cientos de kinchileños. Estas actividades le dan esencia e identidad a nuestra comunidad, ya que siempre hemos trabajado la tierra de Kinchil pacíficamente y respetando al medio ambiente”.

Gregoria del Rosario Dzul Cua, apicultora y piscadora de orégano de Kinchil, agregó: “Otra grave problemática es la contaminación que generan las granjas porcícolas (Kekén) que extraen miles de litros de agua y la devuelven contaminada a los cenotes y a la tierra. Las granjas avícolas igualmente extraen miles de litros de agua y contaminan la tierra con excrementos. Estas granjas corrompen el tejido social, pues a través de dádivas a la comunidad buscan la división entre los habitantes para acallar las protestas por la contaminación. Pero seguiremos luchando por el cierre total de estas empresas para mantener vivo nuestro ecosistema”.

Carlos Yamá Ventura, apicultor, miembro del Colectivo Cantukún y del Consejo Maya del Poniente, concluyó: “En este Día Internacional de los Pueblos Indígenas nuestras comunidades mayas no tienen nada que celebrar. Hay un gran desequilibrio de poder entre nosotros y los intereses económicos, y las instituciones no muestran interés en que haya justicia”.

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GC