La mala racha que atraviesa el sector turístico en el puerto se debe a la poca intervención de las autoridades locales, aseguraron comerciantes del Malecón Tradicional de Progreso.
La baja afluencia de visitantes se vio reflejada una vez más, durante este fin de semana, las cifras van en decremento con respecto a las vacaciones de Verano las cuales tampoco resultaron alentadoras, a pesar de las altas expectativas que se tenían en ellas durante el mes de junio y los primeros días de julio.
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Este domingo, la actividad en el puerto se detuvo para el turismo desde las 16:00 horas cuando se deja de expender bebidas alcohólicas.
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“Para terminar con toda esta mala racha se debe empezar a regular primero los precios. En el Verano los meseros tuvieron el error de querer obtener ganancias de manera desesperada y en redes sociales se exhibieron casos de cuentas alteradas en los establecimientos, que al final nos perjudicaron de manera significativa al gremio”, destacó Ismael Chávez, comerciante.
Actualmente, sólo el sector dedicado a la gastronomía es el que ha visto favorecido en ciertos horarios, mientras que vendedores ambulantes y artesanos suelen quedarse hasta las 12:00 horas para vender todos los productos posibles.
“Se necesita también que se haga algo con las concesiones para las palapas, no puede ser que la gente sea reprendida por los trabajadores cuando se mantienen cerca de estos espacios. Te exigen que rentes una palapa o te quitan del lugar, eso no debe ser. Hasta a mí me han llamado la atención, pero yo camino sin problema”, externó Juan Bautista.
Aunado a ello, persisten también los actos de clasismo como ocurrió el mes pasado con la meridana Gloria Cámara Cab, quien en su visita al puerto no tuvo acceso a uno de los restaurantes situados en la prolongación por no contar con el “código de vestimenta”, causando que hasta hoy en día los cibernautas no perdonaron el incidente que se volvió viral.
Los comentarios del turismo nacional también han sido parte del descenso que ha tenido el Malecón como punto turístico, pues tras ser víctimas de estos sucesos o darse cuenta de algún incidente similar, informan de su experiencia en redes sociales, causando pérdidas a los trabajadores de la zona.
Otro de los factores que hace que al puerto no arriben ni los comerciantes locales, es porque les cobran rentas altas para poder ofrecer sus productos en la zona del Malecón, los dueños de los carritos de marquesitas, elotes y otros consumibles, sobre todo en fechas especiales, como ocurrió durante las fiestas del Carnaval que se realizaron en el pasado mes de febrero, tuvieron que pagar sumas importantes para poder establecerse en la zona.
El resto de trabajadores del malecón tradicional Romeo Frías Bobadilla, coincidieron en que es necesaria le intervención de autoridades estatales para regular precios de manera unitaria y evitar las estafas mencionadas, mismas que se originan en comercios variados.
Los turistas internacionales tampoco se han quedado callados, pues en febrero, trascendió el caso de una visitante de nombre Patty A. M., quien dio a conocer en una cuenta pública que en su visita al puerto sufrió una estafa al comprar joyería con supuesto oro, resultando para ella una sorpresa descubrir en su país que la prenda que adquirió en México era elaborada con material de fantasía y no el metal con alto valor.
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GC