El oficio de curandero maya o J’men ha quedado en el pasado en la localidad. Pobladores señalaron que en la actualidad se ha perdido la labor de sanar a las personas por medio de las hierbas, pues, según comentaron, en el pueblo ya no hay individuos con conocimientos sobre el tema, lo que lamentan dado que hace años este oficio era muy popular y ampliamente solicitado.
El habitante Basilio Quijano, de 83 años, precisó que en estos tiempos los oficios ancestrales que eran practicados por las personas que tenían algún don se han extinguido, al menos en esta localidad. Aseguró que, con el paso de los años, los curanderos tradicionales murieron sin dejar a alguien que continuara con sus actividades milenarias, que eran muy demandadas antes del establecimiento de la medicina alopática.
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El entrevistado señaló que en el siglo XXI el estilo de vida ha cambiado y la poca creencia en las labores de los J’men ha aumentado. Afirmó que en la población ningún habitante practica la curación por medio de hierbas, mucho menos realizan rituales o ceremonias en las milpas, como se acostumbraba hacer en tiempos de cosechas: “Hoy en día es otra forma de vida. No hay curanderos en el pueblo. Todo eso se acabó, quizás hay algunos, pero no son originarios de aquí, son personas de otras comunidades”.
Basilio precisó que no duda que haya alguna persona que sepa un poco sobre la medicina tradicional, sin embargo, es casi seguro que no lo revelen por pena o miedo a los señalamientos como brujos o hechiceros, como se les ha llamado debido a los estigmas de este oficio.
“Cuando era joven mis familiares acudían a los curanderos para realizar rituales en sus milpas, en ellos pedían buenas cosechas o curar sus males de salud”, comentó el octogenario.
Hay que reconocer que las ideologías actuales han causado que progresivamente las creencias ancestrales de los pueblos del interior del Estado se pierdan debido a su poca difusión y práctica. Ante esta situación, Basilio puntualizó que para hallar a un J’men es necesario salir del municipio y acudir a los rincones de la Entidad, ya que en las comisarías más lejanas es donde aún se mantienen estas prácticas: ''Si viene gente a buscar un curandero, aquí no hay. Actualmente, los que están en el centro de Mérida son puros estafadores que solo sacan dinero'', reveló.
Debido a la escasez de estos oficios mayas, muchos rituales que se solían hacer en las milpas y ranchos para bendecir la tierra y las cosechas quedaron en el olvido, pues además de que es difícil encontrar a un curandero que los lleve a cabo, es aún más complicado conocer a un parcelario que crea en estos rituales.
''Hay quienes dicen ser J’men, pero no lo son, solo son charlatanes que engañan a la gente. Los curanderos ancestrales murieron, aquí en él puedo ya se extinguieron'', concluyó el poblador.
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NM