Es lamentable que existan este tipo de convenios de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) con la empresa Kekén, en un contexto en donde la entidad yucateca tiene varios casos de comunidades que están en defensa de sus territorios por la contaminación de la agroindustria cárnica, señaló Yameli Aguilar Duarte, presidenta de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karts.
Compartió que este convenio deja mucho que desear, porque actualmente incluso la nueva Ley del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías lo que busca es cambiar esas situaciones. La nueva ley del Conahcyt, al ser diferente por este enfoque humanístico, busca que la ciencia apoye las causas justas, sociales, incluso por respeto a la naturaleza y por el bien común.
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“Incluso varios investigadores de la misma UADY han evidenciado cómo es el impacto de las agroindustrias cárnicas, desde estudios sobre calidad del agua, el enfoque social, la antropología y estudios sobre estas formas del despojo por parte de megaproyectos, por lo que en las universidades debe haber cierta imparcialidad, incluso un apoyo para estudiar de manera íntegra estos procesos de impacto socioambiental”, comentó.
Asimismo, que la UADY debe mantenerse al margen hasta que no se resuelvan muchos casos, como el de Sitilpech, Santa María Chi, Chapá, Kinchil, Homún, entre otras comunidades, que se han pronunciado por la contaminación que sufren en el agua, suelo, incluso del malestar que les causan los malos olores.
“Es lamentable que la UADY, que fundó Felipe Carrillo Puerto, como mencionan, fue impulsor de la educación pública, pensada en beneficio de todos y sobre todo para la gente, para el pueblo, pues ahora es lo contrario”, agregó.
Finalmente, Invitó al rector Carlos Alberto Estrada Pinto y todos los científicos a que vayan a campo, a que salgan de las oficinas y laboratorios para que traten de experimentar lo que vive la gente día a día en áreas donde hay mucha contaminación, y conocer la situación que les causa esta industria.
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Como informamos, en contra del sentido crítico y social de la casa de estudios que encabeza Carlos Alberto Estrada Pinto, firmó un convenio de colaboración con Grupo Porcícola Mexicano (GPM), que maneja la marca Kekén, acusada incluso por propios investigadores de la institución de contaminar Yucatán y enfermar a sus habitantes, sobre todo de zonas indígenas.
Ya han sido algunas asociaciones y activistas que se han pronunciado al respecto, lamentando esta situación.
