La ciudad de Valladolid, conocida por su rica gastronomía, se ha convertido en un destino obligado para los amantes de la buena comida, particularmente aquellos que desean probar sabores auténticos como el de la cochinita pibil.
Cada año, la ciudad recibe a miles de turistas nacionales e internacionales, que además de disfrutar de su belleza colonial y su historia, aprovechan su estancia para deleitarse con los sabores locales.
Uno de los platillos más populares y apreciados por los visitantes es, sin duda, la cochinita pibil. Este manjar es servido en tacos y tortas, y está disponible en restaurantes y puestos ambulantes.
A pesar de que los turistas llegan de diferentes partes del mundo, cada uno con su propio bagaje culinario, todos coinciden en que la cochinita pibil que prueban aquí tiene un sabor incomparable, especialmente cuando se cocina enterrado o pib, pues le otorga un sabor ahumado.
José Antonio Herrera Alcocer, un guía turístico local, dijo que muchos turistas extranjeros coinciden en que la cochinita pibil es un platillo completamente diferente a lo que habían probado.
“El sabor y la técnica de preparación, cocida bajo tierra en el tradicional pib, es lo que los enamora. Es una experiencia gastronómica única”, dijo Herrera Alcocer.
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El fenómeno no se limita sólo al turismo extranjero, pues los visitantes nacionales también se sienten atraídos por el sabor auténtico de la cochinita pibil vallisoletana.
En puestos ambulantes y restaurantes se pueden observar a turistas disfrutando del platillo. Para muchos, la cochinita pibil es una forma de acercarse a la cultura y tradición yucateca, y en especial, a la de la Sultana del Oriente.
Este fenómeno gastronómico no sólo beneficia a los turistas, sino que también contribuye al crecimiento del sector turístico y la economía local, al atraer a más visitantes a los puestos de comida ambulante y restaurantes de la región.
