
Considerado el arquitecto de las selvas, el tapir centroamericano (Tapirus bairdii), es una especie de fósil viviente, que logró sobrevivir a la extinción del Pleistoceno, hace 50 mil años, cuando la mayoría de los mamíferos de gran tamaño, considerados megafauna, desaparecieron. A pesar del sobrenombre con el que es conocido, el tapir no se encuentra exclusivamente en selvas, sino que también habita en bosques y es considerado un buen nadador.
La especie, considerada en Peligro de Extinción de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, enfrenta graves amenazas como la cacería y la fragmentación del hábitat, situación que ha generado su extinción a nivel local en algunas zonas del país, en donde históricamente tenía presencia. Los estados clave para la conservación del tapir son Campeche, Quintana Roo y Oaxaca, regiones que concentran las poblaciones más grandes en el continente americano.
Este mamífero, de aspecto curioso, tiene un papel clave en la naturaleza, debido a que su tránsito influye en la estructura y dinámica de la vegetación, a esto se debe su popular apodo. Es capaz de crear senderos que son aprovechados por otros animales, además de ser un importante dispersor de semillas, gracias a su consumo de frutos, semillas y hojas, lo que contribuye a la reforestación.

¿Aún existe en Yucatán?
De acuerdo con el biólogo Anuar D. Hernández, responsable del programa de Conservación de Felinos y sus Presas de la organización Pronatura Península de Yucatán, los últimos registros de la especie datan de mediados del siglo pasado, y a pesar de los esfuerzos recientes por hallar evidencia de la presencia del tapir en el estado, no se han obtenido resultados positivos.
Según lo informado por el especialista, el declive poblacional de este mamífero pudo haber iniciado a mediados del siglo XIX, cuando el cultivo del henequén comenzó a intensificarse en la entidad, lo que provocó un proceso de desmonte y defaunación.
¿El Tapir podría ser reintroducido?
En Yucatán, existe un sitio que se ha planteado una ambiciosa misión: la reintroducción del tapir en territorio yucateco. El Santuario del Tapir, es una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), que se ubica en el municipio de Kinchil, a 15 kilómetros de Celestún, en una zona próxima a la Reserva Ecológica Estatal el Palmar y la Reserva de la Biosfera Ría Celestún.
La UMA ha planteado un programa con distintos objetivos entre los que destacan, la reproducción de tapires, la repoblación de áreas adyacentes a la UMA con ejemplares, la investigación y la recuperación del hábitat por mencionar algunos. A pesar de que el regreso del tapir a los montes yucatecos representaría un éxito, en la actualidad no existe evidencia concreta que señale que la especie puede ser reintroducida con éxito.