
Los pobladores del fraccionamiento Jerusalén de Umán, no sólo padecen la falta de certeza del Infonavit, sino que ahora sufren invasiones.
Unas casas que estarían por ser entregadas, luego de destaparse el fraude que cometieron constructoras y financieras al frente del proyecto inmobiliario, ahora son ocupadas por personas ajenas.
El problema en cuestión es en la calle 29 del fraccionamiento, donde incluso los invasores ya cambiaron cerraduras para no ser desalojados.

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Esto, una semana después de una nueva manifestación en la delegación del Infonavit, luego de que no se reanudaron las obras, como se les prometió a los derechohabientes defraudados.
Los verdaderos dueños de los predios les hicieron ver que estaban cometiendo un ilícito, y los invasores alegaron que iban a presentarse con notario y una licenciada, lo que nunca sucedió.
Primero afirmaron que el Infonavit les vendió la propiedad en un lote, pero luego cayeron en contradicciones y mencionaron otras dependencias para tratar de sustentar su presencia en propiedad ajena.
Lo cierto, es que se mostraron cerrados al diálogo y, tras el cambio de cerraduras, los dueños optaron por interponer una demanda en la Fiscalía General del Estado.
También se le hizo ver de esta situación a la oficina del Infonavit para que envíe a un licenciado o representante jurídico para constatar el problema por no entregar las casas. No hubo respuesta positiva.

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De esta manera, quedó claro de nuevo que el fraccionamiento Jerusalén es tierra de nadie.
Como informamos, la constructora Sucovisa sigue comercializando terrenos y vendió cuatro con escritura en dicha zona.
Asimismo, ante sus múltiples adeudos, habría entregado varios terrenos a particulares entre las calles 33 y 31. Estos predios forman parte de lo que iba a ser una amplia área verde y un parque en Jerusalén.
Estos incidentes han propiciado que otros vecinos busquen vender su propiedad para salir de un lugar que ya no consideran adecuado para vivir.
Por ejemplo, en redes sociales se oferta una casa en Jerusalén por 520 mil pesos de contado, enfatizando el “precio de remate”.