El envejecimiento poblacional es una realidad innegable en Yucatán, un estado que, según Yanelli Vega Ojeda, directora general del Instituto de Desarrollo para la Inclusión de las Personas con Discapacidad y las Personas Mayores (Indugey), se encuentra ligeramente por encima de la media nacional en términos de proporción de personas mayores. Mérida, en particular, ocupa el lugar 15 entre los municipios con mayor cantidad de adultos mayores en el país.
Ante este panorama, Vega Ojeda subraya la importancia de cambiar la forma en que la sociedad yucateca percibe y actúa hacia las personas mayores, destacando la necesidad de políticas públicas saludables y un compromiso colectivo para garantizar una vejez digna y activa.
Para Vega Ojeda, el envejecimiento no debe percibirse como un periodo de limitaciones, sino como una etapa llena de posibilidades. “Es un gran deleite llegar a los 60 años, pero queremos llegar con vitalidad. Desde el Indugey, buscamos que los yucatecos den vida a los años mediante estrategias de políticas públicas saludables”, señaló.
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Estas políticas no sólo deben enfocarse en la atención, sino en la inclusión activa de las personas mayores en la sociedad, reconociendo sus capacidades y aportes. “Hay que visualizar que las personas mayores pueden seguir contribuyendo a la sociedad. El envejecimiento es mucho más que arrugas, es experiencia, sabiduría y capacidad de acción”.
Aunque en Yucatán existen decenas de casas de retiro, Vega Ojeda mencionó que estas no siempre son la mejor opción. “En el ámbito gerontológico no sugerimos que las casas de retiro sean la principal alternativa, pero entendemos que las familias a menudo necesitan un espacio propio para el cuidado de las personas mayores”.
En este sentido, la directora destacó la importancia de que el Gobierno del Estado cuente con un refugio público para adultos mayores en situación de abandono. “Es necesario un espacio digno que permita a estas personas recibir el cuidado y atención que merecen”.
Otro de los retos que identificó Vega Ojeda es el estigma asociado con la edad, tanto en el ámbito social como laboral. “Se me han acercado personas de 40 años diciendo que ya las consideran mayores para otorgarles empleo. Esto refleja una percepción limitada del potencial de las personas mayores”.
Para combatir este problema, el Indugey está trabajando en proyectos que integren a diferentes generaciones. “Queremos crear espacios de trabajo donde jóvenes y personas mayores colaboren, aprovechando las fortalezas de ambos grupos. Esta interacción no sólo beneficia a las empresas, sino que también promueve la comprensión y el respeto intergeneracional”.