Cualquier persona está expuesta a la extorsión desde el momento que usa algún dispositivo. Entre los sectores donde se han suscitado este tipo de casos se encuentra el restaurantero.
Por eso, el comandante Marco Maya López, director de la Unidad de Delitos Cibernéticos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), impartió el curso “Prevención ante llamadas de extorsión”, en la sede de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Yucatán.
El funcionario expuso el modus operandi de los criminales, para que empleados y ciudadanía en general no se conviertan en víctimas.
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De entrada, dejó claro que los delincuentes buscarán a toda costa de hacerse de dinero. Para eso recurrirán a la intimidación con amenazas e insultos para presionar y atemorizar a su víctima, se presentarán como parte de una organización criminal.
La otra opción es mediante el engaño con llamadas amables, haciéndose pasar por representantes de bancos, sorteos o familiares.
En lo que respecta a los restaurantes y negocios, Maya López indicó que pueden identificarse falsamente como un superior del trabajo, empleado de un servicio de paquetería “próximo a entregarse”, incluso como funcionario de Gobierno.
En ese sentido, los restaurantes y otros servicios, como los médicos, tienen disponibles sus números telefónicos y otros datos en la red, con la intención de alcanzar clientes.
Sin embargo, los extorsionadores aprovechan esa información para hacer de las suyas, el experto de la SSP instó a mantener la calma, pedir a la persona que llama que se identifique y colgar el teléfono en caso de recibir una respuesta violenta.
Aceptó que no es sencillo, especialmente si logran infundir miedo, amenazando falsamente con tener vigilado o cautivo a un familiar, lo que implica un secuestro virtual.
En esta situación, los delincuentes contactan a una persona y la manipularán para que se aísle por completo, lo que les permitirá extorsionar a sus familiares con dinero de rescate cuando no puedan contactarla.
El comandante Marco Maya indicó que se debe contactar al pariente que presuntamente fue privado de su libertad. En caso de no localizarlo, llamar al 911 para que la Unidad de Delitos Cibernéticos lo haga.
Lo mismo cuando se reciben reiteradas llamadas, especialmente de números foráneos. “No contesten y denuncien los números, porque muchos de ellos los tenemos ubicados”, dijo.
Lamentó que la extorsión no tenga penas severas en el código estatal ni en el federal, pues no alcanza los 10 años de prisión, a pesar del serio daño psicológico que puede causar.