Con una inversión superior a los 8 millones de pesos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Ayuntamiento de Mérida han llevado a cabo una intervención para proteger los monumentos históricos del Paseo de Montejo.
Anna Goycoolea Artis, directora del INAH en Yucatán, explicó que esta acción incluye la aplicación de un recubrimiento antigrafiti, con el fin de preservar las estructuras de daños ocasionados por pintas y facilitar su conservación a largo plazo. El esfuerzo tiene como objetivo proteger este patrimonio sin recurrir a costosas restauraciones futuras.
La directora del INAH explicó que, tras años de sufrir daños por pintas, especialmente durante las manifestaciones del 8 de marzo, los monumentos han sido sometidos a un proceso exhaustivo de restauración. Los especialistas han retirado cuidadosamente la pintura que afectaba las estructuras y han aplicado una capa especial de recubrimiento antigrafiti, diseñada para prevenir que los monumentos sufran daños similares en el futuro. Este proceso asegura que las piezas puedan ser limpiadas con mayor facilidad y que los grafitis sean removidos sin que se afecte la integridad de los monumentos.
El recubrimiento que se aplicó tiene la finalidad de proteger, tanto la estructura material de los monumentos como su valor histórico. Goycoolea Artis destacó que la intervención no sólo se limita a la limpieza de las superficies, sino que se ha realizado un trabajo especializado para garantizar que el tipo de material y la estructura de cada monumento no se vean comprometidos. Dado que estos monumentos están construidos con materiales delicados, como piedra, es necesario aplicar tratamientos que no los deterioren con el tiempo.
La inversión de más de 8 millones de pesos proviene de un esfuerzo conjunto entre el INAH y el Ayuntamiento de Mérida. A través de un acuerdo establecido entre ambas instituciones, se ha creado un programa de conservación y mantenimiento anual para los monumentos, con el objetivo de mantenerlos en las mejores condiciones posibles a largo plazo. El programa incluye revisiones periódicas y la aplicación de nuevos recubrimientos cuando sea necesario, además de la reparación de cualquier daño que pueda surgir durante el año.
Goycoolea también enfatizó la importancia de este programa como parte del compromiso por preservar el patrimonio histórico de Mérida, ciudad que es considerada un referente en cuanto a su arquitectura colonial y su legado cultural. Aseguró que, aunque la intervención es una respuesta a los daños ocasionados por las pintas, el objetivo final es garantizar que los monumentos continúen siendo parte fundamental del paisaje urbano sin que su conservación dependa de intervenciones constantes.
Para la restauración, los expertos trabajaron de manera meticulosa, retirando la pintura sin causar daños a las superficies de los monumentos. Una vez que los elementos estuvieron completamente limpios, se les aplicó el recubrimiento antigrafiti, que forma una capa protectora que facilita la eliminación de cualquier nueva pintura que se aplique en el futuro, sin que esta afecte el material original de las estructuras.
Además de los recubrimientos antigrafiti, el programa incluye otros esfuerzos de conservación, como la restauración de elementos dañados, la mejora de la iluminación para resaltar los detalles de los monumentos y el monitoreo constante del estado de cada uno de ellos. La colaboración entre el INAH y el Ayuntamiento de Mérida ha sido clave para el éxito de este proyecto, que no sólo busca proteger los monumentos, sino también garantizar su preservación para las futuras generaciones.