Campeche

Activistas de Campeche aseguran que escuelas no protegen a víctimas de abuso

Los activistas de Campeche consideran que ya están obsoletos los protocolos contra asedio sexual en planteles por lo que no protegen a sus víctimas
Pidieron a padres de familia creerles a sus hijos cuando afi rman que han sufrido algún tipo de abuso, ya que en las escuelas todavía es un tema tabú / Alan Gómez

Una madre o un padre de familia manda a sus hijos a la escuela con la esperanza de que tengan un mejor futuro, no a que sean víctimas de acosadores que, además, pareciera que están protegidos por las leyes, pues los protocolos para atender estos casos están obsoletos, coincidieron activistas y abogados, tras la polémica en el Colegio de Bachilleres de Campeche (Cobacam), donde tres docentes fueron cesados por hostigar lascivamente y con conductas no apropiadas a los estudiantes.

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Desde la Red de Mujeres y Hombres por una opinión pública con perspectiva de género AC (Redmyh), se pronunciaron por este tema dado a conocer en Por Esto! Campeche y lamentaron que ahora los jóvenes no estén seguros ni siquiera en las escuelas y que se tengan que cuidar también de los docentes quienes deberían ayudarlos en su crecimiento académico, no propasarse con ellos.

Pidieron a los padres creerles a sus hijos cuando afirman que han sido asediados, ya que en las escuelas todavía es un tema tabú y muchas veces los directivos en lugar de proteger a las víctimas evitan que el caso transcienda porque creen que “mancha” la imagen del plantel. Reyna Estela Reyes Melo, integrante de esta agrupación condenó que, en algunos casos, únicamente se cambien de planteles a los docentes acosadores, cuando un generador de violencia debe ser apartado de cargo, mientras se desarrolla la investigación, ya que no puede estar en contacto con las víctimas o con más personas a quienes podría perjudicar.

Escuelas no protegen a víctimas / Por Esto!

Y lamentó que las autoridades tampoco brinden el apoyo necesario a las víctimas, quienes en muchas ocasiones son revictimizadas durante las investigaciones, provocándoles un daño emocional aún peor. De su lado, el abogado Marco Antonio Álvarez, explicó a Por Esto! Campeche que cualquier alumno o alumna que haya sido víctima de asedio sexual debe denunciar a su acosador, aunque hayan pasado varios años, pues es un delito que no prescribe. “Puede hacerse en cualquier momento, ya que al haber un daño emocional requiere de terapias para aceptar qué pasó y cómo pasó, para que no se sienta culpable, ya que la mayoría de las víctimas de asedio sexual se culpan ellas, pues el criminal las hace ver como culpables o provocadoras y no es así” afirmó.

No obstante, el especialista en leyes señaló que en el Código Penal de Campeche el asedio sexual no es motivo de cárcel aún y tampoco es un delito que se persiga de oficio, pues solo se puede proceder contra el hostigador, a petición de la parte ofendida, por lo que se solo se le multará y en su caso será despedido e inhabilitado. En un análisis a las leyes locales se confirmó que, el artículo 259 Bis señala que: al que con fi nes lascivos asedie reiteradamente a persona de cualquier sexo, valiéndose de su posición jerárquica derivada de sus relaciones laborales, docentes, domésticas o cualquiera otra que implique subordinación, se le impondrá sanción hasta de ochocientos días de multa.

En Cobacam, tres docentes fueron cesados por hostigar lascivamente a estudiantes / Alan Gómez

Si el hostigador fuese servidor público y utilizare los medios o circunstancias que el encargo le proporcione, además de las penas señaladas, se le destituirá del cargo y se le podrá inhabilitar para ocupar cualquier otro cargo público hasta por un año. Estudios nacionales Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que el acoso sexual de profesores hacia los estudiantes de nivel medio superior o universitario, produce consecuencias psicológicas y emocionales que limitan el aprovechamiento académico y obstruyen la participación de los alumnos en los programas educativos.

Además, provoca en las víctimas efectos negativos como un empobrecimiento en la autovaloración, ansiedad, depresión, síndrome de estrés postraumático, irritabilidad crónica, adicción, trastornos de la conducta alimentaria, e incluso tendencias suicidas.

JY