A 79 años de su creación, la estatua del Cristo Rey de Seybaplaya, que se alza a una altura de 200 metros sobre la cabecera, representa un símbolo de fe y legado histórico para la comunidad católica.
El venerado monumento fue erigido por iniciativa del párroco Ramón Sarmiento Villarino y bendecido por el arzobispo de México Luis Martínez en el año 1945. Desde entonces, la imagen del Cristo Rey ha sido un símbolo de fe y devoción, no sólo para los habitantes de Seybaplaya, sino también para quienes visitan este lugar en busca de conocer más sobre su historia religiosa.
El Cristo Rey está hecho de granito, lo que hace aún más impresionante su conservación y el trabajo artesanal que implicó su construcción. Además, la imagen ha resistido el paso de los años como un faro de esperanza para la localidad.
“Esta obra no sólo representa la fe del pueblo, también es una tradición que los seybanos devotos veneramos y cuya fiesta se celebra en noviembre”, destacó Ada Conteras Casanova, quien explicó que para llegar a la base del monumento que se erige en lo alto del cerro, se deben recorrer 196 escalones.
Este año, la estatua cumplió 79 años, y sigue siendo un testimonio vivo de la historia religiosa de Seybaplaya, antes perteneciente al municipio de Champotón.
Este fin de semana, la feligresía de Seybaplaya celebró la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, mediante una misa desde este importante monumento a cargo del párroco José Guadalupe Colli Uc, de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Después se llevó a cabo la tradicional cabeza de cochino que recorrió las principales calles del puerto.
JGH