La base subterránea en donde estaba el ex obelisco, ubicado en el centro de la ciudad de Hopelchén, se ha convertido en verdadero foco de infección: pues contiene agua estancada que está podrida y genera olores fétidos, además se ha convertido en criaderos de mosquitos y en basurero clandestino.
Y es que cerca de ese sótano que permanece inundado desde hace semanas, a diario por las mañanas se instalan puestos de antojitos: muchos comensales resienten los malos olores que provienen de esa base subterránea; dado que el agua tiene abundante verdín.
Lo peor es que también ese sótano con agua se ha convertido en basurero clandestino: pues al estar descubierto en su parte superior, quienes acostumbran a sentarse en el brocal o en las escaleras --principalmente en las noches-- arrojan sus desechos.
Giana Canché Pérez y Luis Mario Chi Cauich pidieron a las autoridades municipales su intervención para clausurar por completo ese sótano, o sellarlo, para evitar que le entre agua en la parte superior o por donde está la puerta: pues es criadero de mosquitos que pueden dar lugar a enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.
Recordaron que hace poco más de un año, el obelisco aun existía. Pero un paño de su muro de cemento y cristal cayeron y a punto estuvo de lesionar a una mujer con su hija; a raíz de ese incidente, las autoridades municipales en turno decidieron retirar la estructura metálica que funcionaba como obelisco. Pero indicaron que solo fue cortado la estructura superior: en medio del techo del sótano quedó abierto.
FAR