
Un reciente estudio de la Universidad de Stanford, liderado por el genetista Michael Snyder, señala que el entrenamiento de fuerza es fundamental para las personas a partir de los 40 años, pues no solo conserva la masa muscular sino que también contribuye a la prevención de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Esta investigación enfatiza la necesidad de adoptar rutinas de ejercicios de resistencia para combatir la pérdida natural de masa muscular —conocida como sarcopenia— y mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento.

El doctor Elías Chamale, médico internista, deportólogo y docente universitario, explica que la masa muscular es esencial por ser un “órgano endócrino” que sintetiza factores bioquímicos claves para el organismo.
A partir de los 40, la estimulación de la musculatura previene la pérdida de fibras de tipo 2 (las generadoras de fuerza), mejorando la salud metabólica y cardiovascular.

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Aumentar la actividad física contribuye a mejorar la salud y prevenir enfermedades
Chamale subraya la importancia de alternar entrenamientos de fuerza con ejercicios aeróbicos, recomendando al menos una sesión de resistencia cada 48 o 72 horas para mantener dichas fibras en óptimo estado.
Por su parte, el licenciado Mauro Parra, especialista en Educación Física, puntualiza que el ejercicio de fuerza bien estructurado y prescrito puede prevenir enfermedades frecuentes en la mediana edad, al tiempo que mejora la estabilidad y la movilidad en la vejez.

Recomienda no descuidar otros aspectos, como la flexibilidad, el equilibrio y la constancia en la práctica, para lograr beneficios a largo plazo. Parra también hace hincapié en el impacto positivo que este tipo de entrenamiento tiene en la salud mental, la calidad del sueño y el control del estrés.
Testimonios refieren que una rutina regular de fuerza y ejercicios aeróbicos en un gimnasio permiten conservar una masa muscular óptima y resultados médicos excelentes. Y es que los especialistas coinciden en que la actividad física frecuente otorga vitalidad, bienestar emocional y una mejor autoestima, además de contribuir a una vejez más activa e independiente.

En conclusión, el estudio de Snyder, sumado a las opiniones médicas y de la Educación Física, destaca que el entrenamiento de fuerza a partir de los 40 años es una herramienta eficaz para mantener la masa muscular, fortalecer la salud del corazón y de los huesos, y prolongar la independencia física.
La clave radica en la regularidad, la combinación de fuerza con ejercicio aeróbico y la atención a factores como la nutrición y el descanso. Bajo estas pautas, se logra una vida más larga, saludable y con mejor calidad.
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