En 1975, durante la primera visita en la historia de una monarca británica a México, la Reina Isabel II, en compañía de su esposo, el fallecido Felipe de Edimburgo, visitaron un mercado típico de Guanajuato, donde se detuvieron a comprar artesanías y a comer antojitos típicos.
El 27 de febrero de 1975, a bordo de un tren especial, llegaron a la ciudad colonial de Guanajuato Isabel II y Felipe de Edimburgo, donde hicieron un recorrido por el monumento del Pipila, visitaron algunas de las minas históricas, acudieron al Teatro Juárez, para presenciar la obra “Homero” y también conocieron la famosa Alhóndiga de Granaditas.
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El viaje continuó sin contratiempos, mientras el matrimonio real era recibido con muestras de cariño en todos los lugares por los que pasaba, incluido un mercado popular de esta ciudad, de nombre Hidalgo.
En este sitio, la gente se agazapó para regalarle tlacoyos, fresas, biznagas, quesos, charamuscas y otros antojitos típicos de la región, además de artesanías, las cuales eran colocadas en una canasta por un asistente.
La reina también se detuvo a hablar con estudiantes de la Universidad de Guanajuato y con algunas personas comunes y corrientes, las cuales encontraba a su paso, de acuerdo con las crónicas del periódico El Universal.
Más tarde, Isabel II fue recibida con un banquete hecho con algunos de los mejores productos disponibles en todo el país, como melones de Uruapan, fresas de Zamora y agua de limas de Silao.
Como plato fuerte, a la monarca se le ofreció el tradicional pollo en pipián, platillo del cual se enamoró cuando el expresidente Luis Echeverría le ofreció un poco durante una comida en Londres.
Días después, cuando la visita llegó a su fin, la Reina Isabel dijo las siguientes palabras: “Nos llevamos recuerdos inolvidables de las bellezas de su país y del encanto y amabilidad de su pueblo”, con las cuales culminaba su estancia en México.
Con información de El Universal y AP.
JMCG