Grupos respaldados por Irán, como Hezbolá, han sido vulnerables a los sofisticados ataques tecnológicos de Israel durante años. Un ejemplo reciente es la operación de inteligencia israelí que utilizó buscapersonas explosivos para atacar al grupo en Líbano.
Esta táctica, que involucró tecnología avanzada y engaños estratégicos, se activó en el verano de 2022, según informes de inteligencia.
La respuesta de Hezbolá a la tecnología israelí
En 2020, Israel demostró su capacidad de utilizar inteligencia artificial para asesinar a figuras clave en Irán, como el científico nuclear Mohsen Fakhrizadeh.
Ataques como este llevaron a Hezbolá a tomar precauciones extremas. Su líder, Hassan Nasrallah, llegó a la conclusión de que Israel estaba utilizando las redes de telefonía celular para rastrear a sus agentes, lo que lo llevó a prohibir su uso en reuniones y a sugerir el empleo de tecnologías más simples, como los buscapersonas.
En respuesta a la preocupación de Nasrallah sobre la inseguridad de los celulares, Israel vio una oportunidad. La inteligencia israelí creó una empresa ficticia, BAC Consulting, que se presentó como fabricante de buscapersonas. Sin embargo, estos dispositivos contenían explosivos ocultos que podían ser detonados a distancia.
El plan de Israel: explotar los buscapersonas
Miles de estos buscapersonas fueron enviados a Líbano en 2022 y distribuidos entre los oficiales de Hezbolá. Mientras el grupo consideraba estos dispositivos como una medida defensiva, Israel se refería a ellos como “botones” que podrían ser activados en cualquier momento.
La activación se produjo esta semana cuando el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó su uso tras la escalada de tensiones en el norte de Israel.
El martes, los buscapersonas fueron activados mediante un mensaje en árabe que parecía provenir de los líderes de Hezbolá. Segundos después, explosiones coordinadas desataron el caos en Líbano, causando numerosas bajas, tanto entre combatientes como civiles.
Consecuencias y respuesta
El ataque dejó varios muertos, incluidos ocho combatientes de Hezbolá, y desbordó los hospitales del sur de Líbano. Aunque Hezbolá intentó minimizar las pérdidas, el impacto de la estrategia israelí fue devastador, resaltando las tensiones tecnológicas y militares entre ambos bandos.
Este ataque revela una nueva dimensión en la guerra de inteligencia entre Israel y Hezbolá, que ahora abarca tanto la alta tecnología como los métodos más simples.
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