El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha anunciado su intención de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar deportaciones masivas, eliminando el proceso judicial de inmigración.
La medida, que forma parte de una estrategia que está siendo evaluada por su equipo, según fuentes cercanas a la administración.
Esta ley, aprobada hace más de 225 años, fue creada en un contexto de guerra para permitir la expulsión de ciudadanos extranjeros considerados una "amenaza" para la seguridad de Estados Unidos.
Aunque ha sido utilizada en conflictos pasados, su aplicación contra migrantes sería un hecho sin precedentes en la historia moderna del país.
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¿Cómo funcionaría la Ley de Enemigos Extranjeros?
Si Trump logra implementar la medida, el gobierno tendría la facultad de:
- Deportar inmigrantes sin proceso judicial, eliminando su derecho a defensa.
- Clasificar a grupos específicos como amenazas, como la pandilla venezolana Tren de Aragua, recientemente declarada organización terrorista.
- Evitar el retraso en tribunales, acelerando las deportaciones sin intervención de jueces de inmigración.
Sin embargo, expertos legales advierten que esta estrategia podría enfrentar una fuerte batalla en los tribunales, ya que contradice principios constitucionales de debido proceso y derechos humanos.
Polémica por la “tarjeta dorada” de 5 millones de dólares
Paralelamente, Trump anunció un plan para vender una "tarjeta dorada" por 5 millones de dólares a extranjeros adinerados, ofreciéndoles residencia y un camino a la ciudadanía.
"Será como una tarjeta verde, pero dorada. Permitirá vivir y trabajar en EE.UU., y la gente rica vendrá a nuestro país comprándola", explicó el expresidente.
El plan sustituiría al actual programa de visas EB-5, que otorga residencia a inversionistas que generan empleos en Estados Unidos. Esta propuesta ha generado controversia, especialmente porque Trump no descartó venderlas a oligarcas rusos, lo que ha desatado críticas en el Congreso.
¿Qué sigue?
Donald Trump ha reiterado su intención de implementar medidas migratorias más drásticas en su regreso a la Casa Blanca.
La posible aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 y la venta de la tarjeta dorada marcan un claro contraste entre su política de deportaciones masivas y su apertura a la inmigración basada en el poder adquisitivo.
Las propuestas aún deben ser revisadas por el Congreso y podrían enfrentar desafíos legales antes de su implementación. Sin embargo, demuestran la dirección que tomaría un eventual segundo mandato de Trump en materia migratoria.
IO
