El panteón municipal de Chetumal esconde muchas historias dignas de convertirse en leyendas, las cuales están acompañadas de la evidencia de su existencia, pues más de una de las tumbas que aquí se encuentran, relatan por sí solas el origen de cada una de ellas, como es el caso de la "Niña del taco" o "La China".
Sin embargo, a diferencia de estas dos, la historia detrás de la hélice que se encuentra a un lado de las oficinas del panteón esconde un relato de heroísmo y agradecimiento, pues es la tumba de los pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana, Juan Sosa Martínez y Gilberto Hernández Vega, además del mecánico de aviación José Magaña Sánchez.
La hélice pertenece al avión en el que se trasladaban las personas antes mencionadas además del sacerdote José Fuentes Castellanos, los médicos Ramón Mendoza Vega y Enrique Paredes Aguilar, así como un profesor de educación física de nombre, José Sevilla Serdán.
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Todas estas personalidades viajaron para brindar ayuda al país vecino de Belice el cual sufrió el azote y devastación del huracán Hattie, sin embargo, el avión salió desde el aeropuerto de Chetumal durante el 31 de octubre de 1961 aunque fue la última vez que se les llegó a ver.
Pasados ocho años, en abril de 1969, fue un campesino quien al salir a cazar encontró a 150 metros de la carretera Chetumal-Belice los lo que quedaba de la nave así como los siete tripulantes sin vida.
MA