La tradición del Hanal Pixán (comida de ánimas) se mantiene viva en las comunidades mayas, pero la forma en que la celebran ha cambiado mucho, dijo el promotor cultural Felipe Cab Puc. Indicó, hoy casi nadie ocupa las jícaras y los platos de barro para colocar las bebidas y las comidas de las ánimas en los altares; ahora, hizo ver, el chocolate se sirve en vasos de cristal y la comida se pone en platos de porcelana.
Además, agregó, que ya no se hace el tradicional rezo en donde se menciona el nombres de los difuntos, porque, igualmente, ahora no hay rezanderos o rezanderas en las comunidades. Las nuevas generaciones de mayas en los poblados ofrendan a los Fieles Difuntos la comida del día y de bebida un vaso refresco o café en el altar, rezan un padre nuestro y, listo, señaló.
Segun él, la transculturación (fenómeno social que ocurre cuando un grupo social recibe y adopta las formar culturales que proviene de otro grupo) ha cambiado la formar de celebrar la fiesta de las ánimas.
Refirió, los abuelos de las comunidades mayas son los únicos que aún mantienen la tradición del Hanal Pixán, como se hace desde hace más de 40 años atrás. Expuso, los adultos mayores procuran poner en el altar las bebidas que le gustaba a los familiares en vida, en jícaras; también colocan velas de cera de abeja de colores y tazas de barro para la comida.
Y, agregó, para que se reciba la ofrenda, procuran llamar a una rezandera o tezandero del pueblo para que llame a las animas a beber y comer lo que sus familiares les ofrecen. Felipe Cab Puc fío a conocer que los abuelos también tenían la costumbre de limpiar sus predios y encalar sus albarradas desde principios del mes de octubre, para que las animas, cuando ya baja a la tierra, vean que sus familiares si están pendientes de ellas, señaló.