Los estados de Campeche y Quintana Roo han recibido del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), luego de varios años de esfuerzo, la obtención de la Indicación Geográfica del chicle maya. Jesús Manuel Aldrete Terrazas, director del Consorcio Chiclero Chicza, reconoció que no ha sido una tarea fácil, que ha conllevado el esfuerzo de muchas personas, así como el impulso del gobierno de Quintana Roo en los últimos años.
Para el director del consorcio chiclero, uno de los grandes beneficios de tener la denominación de origen para la región es, primero, el reconocimiento a un proceso cultural y a una identidad milenaria, como lo es la del pueblo maya.
Un producto que lleva consigo dicha identidad y que es producido solamente en esta región, tal como lo señala el Diario Oficial de la Federación y el IMPI, con técnicas de elaboración y un proceso muy específico, el cual lleva detrás de sí una tradición de varias generaciones de familias y habitantes de la zona maya de Quintana Roo y el sur de Campeche.
“Para los mercados tiene una gran importancia, porque el consumidor, principalmente en Europa, que son nuestros principales consumidores de la goma de mascar hecha aquí en el estado de Quintana Roo, van a tener la certeza de que están consumiendo un producto que viene de la selva maya”, explicó. Con el arranque de la Temporada de Chicle 2024-2025, el consorcio ya adelanta inversiones al sacar nuevas líneas de productos al mercado.
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Ante lo cual prevén que en un futuro cercano tendrán que invertir en mayor maquinaria e infraestructura para continuar respondiendo a los mercados. Sólo para esta temporada, el mercado ha solicitado una cantidad bastante considerable de producto de aproximadamente 100 toneladas de chicle, mencionó el director del consorcio.
A pesar de la caída razonable en el mercado de los productos orgánicos, a causa de la pandemia por el Covid-19, la capacidad resiliente de los productores de chicle logró sobrellevar esta situación y ahora, en el 2024, se ha dado un boom en el mercado de los productos naturales, tienen en frente la tarea de reconstruir la estructura productiva.
Por otra parte, consideró que existe un área de mejora con el gobierno y es que la actual reglamentación para el aprovechamiento de chicle natural no responde a las características naturales, ambientales y científicas, lo cual obstruye el desarrollo y la entrada de beneficios para el estado.
Sumado a que también tendrán la seguridad de conservar los recursos comerciales, el medioambiente, la escenografía forestal y un impacto positivo en el turismo por muchos años. El Diario Oficial de la Federación (DOF), en su Declaración de Protección de la Indicación Geográfica “Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche”, que se hace efectiva desde este viernes 25 de octubre, señala que esta sólo podrá usarse bajo autorización del IMPI.
“El "Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche" corresponde a una gomorresina que fluye del tronco del chicozapote. La resina de chicle que se obtiene de látex extraído por medio de incisión a los árboles naturales de chicozapote de la Selva de Quintana Roo y Campeche (25 cm a 45 cm de diámetro del tronco, con alturas que oscilan de los 15 metros a 40 metros de alto), de la familia sapotacea, de la especie Manilkara zapota, espesado por cocción en una olla (paila) y moldeado en marcos de madera (marqueta)”, así describe el DOF este producto protegido.