Empeora el estado de la única carretera que conecta el puerto de Chiquilá con Kantunilkín. Los daños abarcan los 45 kilómetros de la vía, lo que afecta a miles de conductores, habitantes y turistas, según se constató en un recorrido de Por Esto!
A lo largo de esta carretera, los automovilistas se enfrentan a enormes baches formados por la falta de mantenimiento y las lluvias que cayeron desde julio pasado. Especialmente en el tramo entre las comunidades de San Ángel y Solferino, los huecos alcanzan cerca de dos metros de longitud, lo que representa un riesgo para los conductores, quienes señalan el desinterés de las autoridades municipales y estatales para atender esta creciente problemática.
A dos kilómetros de San Ángel se formó un bache de aproximadamente 2 metros de diámetro debido a las lluvias recientes y a la acumulación de agua sobre la vía. Este hoyanco no tiene señalizaciones que adviertan a los conductores sobre el peligro, lo que aumenta el riesgo de accidentes, especialmente al circular a exceso de velocidad.
Peligroso
La situación sigue siendo peligrosa, especialmente durante la noche, cuando la falta de señalización agrava los riesgos. Los conductores exigen diariamente que las autoridades locales intervengan antes de que ocurran accidentes graves o fatales. Gabriel Chan, originario de Yucatán y quien llegó al puerto esta semana por asuntos laborales, expresó su preocupación por esta situación.
La reparación de la carretera a Chiquilá resultó ser un recurso mal invertido por el Gobierno del estado, que en su momento encabezó Carlos Joaquín González. Es la tercera obra deficiente que se realizó en el puerto de Chiquilá, junto con el parador turístico y la avenida del puerto. Esta carretera se convirtió en un peligro mortal, especialmente para conductores que desconocen su mal estado y circulan a alta velocidad al dirigirse de Kantunilkín a Chiquilá para abordar los barcos hacia Holbox.
Deficiencias
En su momento, William Conrado, de la Secretaría de Obras Públicas, informó que se destinarían 60 millones de pesos para la modernización de la carretera Kantunilkín-Chiquilá, en el municipio de Lázaro Cárdenas. Esta inversión tenía como objetivo cumplir con las solicitudes de la ciudadanía y mejorar la movilidad y el turismo de la zona. Sin embargo, la obra nunca fue entregada oficialmente y, desde su ejecución, ha presentado deficiencias. Actualmente, la carretera se encuentra en litigio, y el Gobierno del estado no informa sobre los avances ni interviene para reparar los enormes baches que se han formado.
La obra carretera comenzó en los últimos meses de la administración del entonces gobernador Carlos Joaquín González. A pesar de las deficiencias y la pésima calidad del material utilizado, ningún sector de la zona se manifestó en contra en su momento. Fue hasta la llegada del nuevo Gobierno de Mara Lezama que las quejas contra el exmandatario y sus obras deficientes comenzaron a aumentar.
Los 60 millones de pesos fueron destinados para atender los 45 kilómetros de carretera desde Kantunilkín hasta el puerto de Chiquilá.
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Este recurso debió aplicarse únicamente al tramo San Ángel-Solferino, dejando que el actual Gobierno culminara la parte de Solferino a Chiquilá. Sin embargo, la autoridad estatal afirma no poder atender la vialidad debido al litigio con la empresa constructora, que no terminó los trabajos, además de haber utilizado materiales de mala calidad.
Del tramo Kantunilkín a San Ángel, se rehabilitaron alrededor de 10 de los 15 kilómetros de carretera, los cuales se encontraban en buen estado. A pesar de ello, se aplicó una capa de emulsión y grava que, con el paso de los vehículos y las lluvias, terminó por desgastarse, mientras que la capa original de pavimento aún se conserva. De este modo, el recurso aplicado fue prácticamente desperdiciado.
En el tramo San Ángel-Solferino, la obra no incluyó la modernización total de la vía, sino que sólo se atendieron las partes más dañadas, parchando zonas de entre 500 metros y un kilómetro donde se formaban baches. No obstante, en estos mismos puntos continúan apareciendo huecos. Este tramo de 15 kilómetros es considerado el más peligroso de la carretera, por la que transitan alrededor de 400 vehículos diarios, número que se duplica o triplica en temporadas vacacionales, como la de invierno que se aproxima, según datos de Tránsito Municipal.
Sin señalamientos
A pesar de lo peligroso que resulta transitar por esta carretera, sobre todo para quienes desconocen la zona o la visitan por primera vez para conocer Holbox, las autoridades municipales y estatales no han colocado señalizaciones que adviertan a los conductores. Este hecho es particularmente preocupante por el enorme bache de dos metros que se ha formado a mitad de la carretera en el tramo San Ángel-Solferino.
Sectores turísticos, de transporte, náuticos y taxistas, entre otros, no reclaman abiertamente el problema por temor a represalias de las autoridades estatales, especialmente en tiempos de emplacamientos, refrendos, pagos de impuestos y renovaciones de licencias. A pesar de enfrentar a diario el riesgo de accidentes en esta carretera, siguen transitando por ella, jugando con su seguridad debido a los baches que aparecen constantemente.
Durante la pasada administración municipal, se atendieron muy pocas veces las zonas dañadas, argumentando que no podían intervenir debido al litigio en el que se encuentra la obra.
Incluso, el Cabildo anterior evitó exigir información al Gobierno estatal sobre los avances y, sobre todo, no pidió la pronta atención de la vía. La actual gobernadora, en conjunto con el Ayuntamiento, tiene la responsabilidad de dar respuesta y garantizar la seguridad a los habitantes y conductores de San Ángel, Solferino, Chiquilá, Holbox y a los miles de turistas que visitan la región, afirman los residentes de estas comunidades.
