En Quintana Roo se triplicaron los casos de coqueluchoide, en 2023 este padecimiento respiratorio afectó a 21 infantes, mientras que en el mismo periodo, pero del 2024, ya atendieron a 79, de los que 33 son del género masculino y 46 femenino, de acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SNVE).
La entidad se encuentra en primer lugar en la península, en Yucatán sólo se han contabilizado 35, y en Campeche, 27.
Alberto González Rivera, pediatra en Cancún, dijo que el cuadro médico es de la familia de la tosferina y los síntomas son los mismos.
El síndrome coqueluchoide es uno de los más comunes en la práctica pediátrica, sobre todo en los últimos años, es la enfermedad inmunoprevenible más antigua de la infancia, que aún causa brotes importantes, principalmente entre lactantes.
Entre los síntomas característicos está la tos constante y violenta, que la mayoría de las veces viene acompañado de un sonido que proviene de los pulmones, además de un lagrimeo continuo, vómitos, agitación y jadeo, no siempre hay fiebre y tiene un periodo de recuperación aproximado de 15 días.
Durante este proceso los niños suelen estar irritables y adoloridos por los periodos prolongados de tos, además de tener poco apetito, la sintomatología comienza a disminuir después del tratamiento con antibiótico, acompañado de hidratación y de un espacio aislado y ventilado.
La prevención siempre está asociada a la vacunación, en este caso de DTP, esta se encuentra de manera gratuita en los Centros de Salud de la entidad, y es de suma importancia, para que en caso de adquirir la enfermedad el sistema inmune tenga una mayor respuesta.
En cuanto a los cuadros de tosferina, actualmente en la entidad se han presentado 17 casos, luego de que este padecimiento estaba erradicado desde el 2019, donde apenas se presentaron cuatro.
La Organización Panamericana de la Salud, para abordar el aumento de casos, recomienda que los países garanticen una cobertura de vacunación de las tres dosis de DTP, superior al 95 por ciento en niños, y analicen las coberturas de vacunación en menores de 5 años, con especial énfasis en la identificación de grupos poblacionales con bajas coberturas.