En Quintana Roo los casos hospitalarios por influenza incrementaron un 113 por ciento en comparación con el año pasado, hasta noviembre de 2023 se atendieron 88 pacientes por complicaciones con este padecimiento y en el mismo lapso, pero de 2024, la cifra se incrementó a 188, de los que 108 son hombres y 80 mujeres, es por ello que los Servicios Estatales de Salud (Sesa) recomendaron a la población no esperar para vacunarse, aunque la campaña estará disponible hasta marzo de 2024, ya se sienten los cambios de temperatura por la temporada invernal.
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A un mes de comenzar con la campaña de inoculación, apenas se tiene un 29 por ciento de avance en el suministro del biológico, es decir, de 444 mil 660 dosis disponibles para el estado, se han inyectado 132 mil 306 personas.
Por su pare Flavio Rosado, titular dependencia estatal, dijo que la vacunación es la clave para la prevención, ya que es de suma importancia tener protegido el sistema inmunológico para evitar el contagio, y en caso de adquirir la infección, que no se tengan complicaciones que pongan en riesgo la salud, también evitar automedicarse y mantener al paciente aislado en un lugar fresco y ventilado.
Las dosis están disponibles en todos los Centros de Salud y hospitales en los 11 municipios de la entidad y es gratuita, sólo debe presentar la cartilla de vacunación de la persona que va a recibir el biológico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la influenza es una enfermedad respiratoria viral, contagiosa y aguda, cuyas manifestaciones características son fiebre, cefalea, mialgia, postración, coriza, dolor de garganta y tos.
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La sintomatología difiere en función de la edad de las personas infectadas, el virus de influenza tiene preferencia por las vías respiratorias superiores; pero, en los casos graves, puede llegar a afectar vías respiratorias bajas (pulmones y bronquiolos).
La mayoría de las personas afectadas se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de tratamiento médico; sin embargo, la influenza puede representar un grave riesgo para la salud de los niños menores de cinco años, los ancianos y las personas que padecen ciertas afecciones, como obesidad, enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares, pacientes con infección por VIH y pacientes con terapias inmunosupresoras.
