Quintana Roo

8M: Mujeres mayas de Lázaro Cárdenas, entre la discriminación y marginación

La Comisión de los Derechos Humanos en Kantunilkín confirmó que aún sigue habiendo discriminación y marginación hacia las mujeres indígenas de este municipio
La violencia de género que prevalece en Quintana Roo mantiene la desigualdad; además, la marginación lingüística dificulta el acceso a la justicia. (Luis Enrique Cauich) Mujeres / Luis E. Cauich

El Visitador adjunto de la Comisión de los Derechos Humanos en este municipio, Amílcar Ku Cimé, afirmó que las mujeres indígenas de Lázaro Cárdenas aún padecen discriminación, a pesar de los esfuerzos realizados por autoridades e instituciones para proteger sus derechos y alejarlas del estado de vulnerabilidad causado por la violencia de género que prevalece en el estado de Quintana Roo.

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El funcionario sostuvo que, de manera general, persiste la desigualdad debido a la violencia de género, sumada a otros factores, como la marginación lingüística que coloca a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad, ya que no son atendidas por no hablar la lengua predominante, lo que las lleva a no presentar sus denuncias.

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Explicó que en años anteriores se han atendido casos de mujeres de comunidades del municipio que han sufrido discriminación al visitar instancias municipales o estatales. Es un hecho histórico que la mujer indígena sigue siendo relegada en ámbitos como educación, justicia, salud y empleo.

Más que violación a sus derechos humanos, las mujeres indígenas del municipio sufren discriminación, incluso dentro de la familia, al estar etiquetadas para desempeñarse sólo como amas de casa y tener pocas oportunidades de educación debido a su género, ya que se supone que deben encontrar un esposo que pueda mantenerlas.

Aún en plena modernidad, hay esposos que no permiten que sus mujeres acudan a programas como el de la detección de cáncer, porque los médicos son hombres, no les permiten desempeñar un trabajo o, cuando las dejan estudiar, sólo pueden optar por carreras consideradas “femeninas” y no por especialidades donde predomina el dominio masculino, como la ingeniería.

Ku Cimé reconoció que en pleno siglo XXI persiste la exclusión presupuestaria y las instituciones de Gobierno aún no cuentan con suficientes capacidades para atender a estas comunidades. En ocasiones, la toma de decisiones ignora los intereses de los pueblos indígenas, lo que muestra la necesidad de adaptar el sistema y las leyes para beneficiar a estas comunidades.

En situaciones laborales, las personas indígenas reciben bajos salarios, y al hacer denuncias se requieren intérpretes que hablen su lengua materna. Por lo general, no son atendidas debido a la falta de comprensión, lo que constituye un acto de discriminación que necesita ser abordado de manera urgente.

La discriminación hacia la mujer indígena propicia otras situaciones, como la violencia familiar, ya que al no contar con el apoyo de las autoridades o instituciones que les brinden seguimiento y apoyo en sus denuncias, desisten y sufren una vida diferente a la que esperaban.

Añadió que no se dispone de datos específicos sobre la cantidad de casos de discriminación al día, a la semana o al mes, pero es crucial abordar este problema de manera seria y no sólo recordar a las mujeres indígenas o a las mujeres en general en fechas conmemorativas, como el 8 de marzo.

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AT