Para Javier Arellano, mesero y representante de 68 trabajadores sindicalizados de un hotel del Centro, la iniciativa de reforma de ley para la reducción de la jornada laboral, de 48 a 40 horas semanales, es un sueño que deben impulsar los propios empleados, porque representaría elevar la calidad de vida de las familias, aunque el sector empresarial ha demostrado una fuerte oposición.
Con una amplia experiencia en el puesto, Arellano señaló que como trabajadores se lo merecen porque es parte importante para una mejor calidad de vida que podrían lograr con estos ajustes.
Argumentó que durante bastante tiempo el empresario ha tenido sus beneficios, aclarando que no están contra de ellos, pero es un bien para los trabajadores, con lo que darían lo mejor de sí, manteniendo sus sueldos, pero con mayor productividad y en menos tiempo.
En tanto, Yarely Guadalupe Tec, mesera y madre de familia, con tres años laborando en un restaurante en el Centro de Cancún, también apoya la reducción de las horas laborales semanales, porque tendría más tiempo para su familia y podría descansar dos días a la semana, aunque eso signifique ser más productiva en su cargo.
Si bien, dijo que su sueldo base mensual es el mínimo, de poco más de 6 mil 400 pesos, su fuerte son las propinas que representan hasta el doble de este monto, por lo que a laborar 40 horas no le ve inconveniente en cuestión de ingresos.
Noticia destacada
Quintanarroenses viajarán a Xocén, Yucatán para brindar ofrenda a dioses mayas por desviar trayectoria de Beryl
En contraparte, para Jonathan Cisneros, promotor vacacional en un hotel, con jornada laboral de 48 horas semanales, dijo que le acomoda bien para jerarquizar su tiempo de trabajo y sus actividades sociales, por lo que tiene flexibilidad en todos los aspectos, con horario establecido, y cuyo salario depende de las ventas que logre y las comisiones.
Voces empresariales
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), en Cancún y Quintana Roo, Julio Villarreal Zapata, consideró que el tema no está en la agenda de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum, pues “no lo considera prioritario”.
Remarcó la necesidad de que, de aprobarse la iniciativa, la reducción de horas laborales para los prestadores de servicios enfocados en la hotelería y restaurantes, entre otros, debe ser paulatina y entrar poco a poco para acoplarse a estas medidas.
A su vez, el desarrollador inmobiliario y expresidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), Javier Olvera Silveira, señaló que falta mayor análisis del tema, pues si bien es una iniciativa que no es exclusiva de México, porque está funcionando en otros países, se requiere analizar para encontrar un mejor camino para los trabajadores y para el país.
En tanto, Edgar Karim Domínguez Lima, vicepresidente de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), dijo que coincide con lo que en su momento externó el empresario Carlos Slim, quien está contra esta reforma, al referirse de que es un tema que depende del giro de negocio, porque puede o no funcionar.
A título personal, expresó que debe haber una regulación en los salarios mínimos, que se tengan que subir para que haya una mejor calidad de vida. Además, adelantó que será un tema que analizarán en conjunto con el candidato electo al Senado, Eugenio Segura, en próximas fechas.
Reforma en pausa
Desde abril del 2023 se propuso en México la reforma para la reducción de la jornada laboral, de 48 a 40 horas. A más de un año de su presentación, aún no ha sido aprobada, pero se espera que la discusión se retome en agosto del 2024, cuando la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión reanude sus actividades, tras las elecciones.
Esta reforma, que modificaría la Constitución y la Ley Federal del Trabajo (específicamente el artículo 123 y el artículo 69, respectivamente), debe ser aprobada por las Cámaras de Diputados y Senadores, así como los Congresos estatales.
De ser aprobada, implicaría no sólo una mejora en la calidad de vida de los trabajadores, al permitirles más tiempo para descanso y convivencia familiar, uno de los motivos principales de este cambio, también una redistribución de los horarios laborales.
Actualmente, en México se trabaja seis días a la semana, con un día de descanso, en tres turnos: diurno (entre las 6:00 y 20:00 horas, con una duración máxima de ocho horas); nocturno (entre las 20:00 y las 6:00 horas del día siguiente, con una duración máxima de siete horas); y mixto (comprende periodos de las jornadas diurna y nocturna, siempre y cuando el segundo no exceda las tres horas y media. Si lo hace, será considerada como nocturna, con una duración máxima de siete horas y 30 minutos).
GC
